Deportistas excéntricos

Alba Díaz Pachín

SOCIEDAD

LASZLO BALOGH | REUTERS

05 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

No todos lo son, pero muchos grandes deportistas, a medida que se convierten en estrellas, se vuelven un poquito excéntricos. Porque eso que ven en la foto no es la garra de un felino, es la mano de Gail Devers (o una parte de ella), unos segundos antes de salir disparada en una carrera de 60 metros en el campeonato del mundo de atletismo. Está claro que la velocista norteamericana cuida tanto su preparación física como la de sus uñas, convertidas en toda un arma de defensa. Aunque seguro que es preferible tener las uñas de Gail Devers que la barriga de Diego Armando Maradona , la leyenda futbolística sigue creciendo a lo ancho y mostrando su humanidad por medio mundo. En esta ocasión, el pibe viajaba a Santa Cruz, en Bolivia, para apoyar la escuela de fútbol inaugurada por su amigo Daniel Valencia . Seguro que todavía es capaz de dar unos toques sin que su barriguita le impida levantar las piernas. Pero debería tomarse más en serio lo del régimen, ya que ha sido capaz de abandonar las drogas. O eso creo. El que no las abandonó fue un austríaco de 29 años, parado, que decidió buscarse la vida en un concurso de la televisión similar al 50 x 15 . Y tuvo suerte, porque logró un premio de 150.000 euros. Al parecer, el feliz concursante no tardó mucho tiempo en invertir el dinero, aunque luego tendría que lamentarlo. Según explicó tiempo después la policía, el chaval ya disponía un modesto negocio de cultivo casero de marihuana y venta a los colegas. Y, cuando se vio con tanta pasta, decidió montar el negocio a lo grande, alquilando un local y poniendo en marcha una plantación en toda regla. Pero claro, una cosa es el pequeño negocio y otra las grandes cantidades. Así que al final la policía lo detuvo. Para entonces ya había recuperado 100.000 de los 150.000 euros que ganó en el concurso. Todo un emprendedor, aunque con demasiada iniciativa. Y ahora una mala noticia, sobre todo para las mujeres rusas. Porque según una reciente encuesta, sólo hay una cosa que les interese menos que el sexo: la religión. Ya sé que ahora están pensando en cuántas cosas pudieron anteponer al sexo las mujeres rusas que participaron en la encuesta, pues no se devanen los sesos, que yo se las enumero por orden de preferencia: la familia, los hijos, el amor, el dinero, el éxito profesional, la belleza, la inteligencia y la igualdad de la mujer con el hombre. Luego aparece el sexo, al que únicamente dieron prioridad el 4% de las rusas. Cómo está el patio en ese país. Adiós a un playboy de los de antes Brasil es un país un poco más voluptuoso. Y hoy está de luto en algunos ámbitos por el fallecimiento de Jorginho Guinle , uno de los playboys más famosos del país. Jorginho se murió en su suite del hotel Copacabana, donde vivió casi toda su vida, a los 88 años de edad. Según cuentan, recientemente declaró a una revista que el secreto de la buena vida estaba en morir sin un céntimo en el bolsillo: «Aunque creo que me equivoqué en los cálculos y el dinero se me acabó antes de hora». De la amplísima fortuna que dilapidó en su vida se beneficiaron, entre otras, Marilyn Monroe , Rita Hayworth , Kim Novak o Romy Schneider , estrellas todas ellas con las que mantuvo algún romance a lo largo de su azarosa vida. No le deseo que descanse en paz, porque seguro que no es necesario. Él, rico ingeniero informático taiwanés, la conoció en un burdel y se enamoró a primera vista. Ella, china, introducida en la isla por una red de prostitución, vio la luz en sus ojos. Y Cheng , el ingeniero, decidió solucionarlo a golpe de talonario, al más puro estilo Richard Gere en Pretty woman . Llamó al proxeneta y liberó a Yang por cinco mil dólares. De allí se la llevó a su lujoso apartamento donde iniciaron una relación sin suerte porque, pocos días después, fue a visitarla una de sus antiguas compañeras del prostíbulo a la que seguía la policía. Así que las dos fueron detenidas y llevadas a prisión. Ahora, ella será deportada sin remedio y su enamorado poco podrá hacer para evitarlo. Las medidas para evitar la entrada de chinos en Taiwan son tan severas que ni siquiera el matrimonio podría mantenerlos unidos en la isla. La historia no se ha acabado todavía, pero les prometo que, cuando sepa algo más, se lo cuento.