Marruecos tiene cara de mujer

La Voz

SOCIEDAD

21 mar 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Aunque en el Islam no hay reinas, Marruecos tendrá una cara de mujer. Pero no de una mujer cualquiera. Se trata de una chica joven, muy delgada, que posa sin velo para dejar al descubierto su espectacular cabellera rojiza. Pero, además, luce un título de ingeniera informática y pertenece a la clase media. Todo ello es Salma Bannani, cuyo rostro ha dado la vuelta al país alauí porque ayer se casó con el monarca, Mohammed VI, en una ceremonia privada. El hijo de Hassan II ha dado así carpetazo a doce siglos de tradición, y a ella le queda la difícil tarea de introducir a la mujer en una sociedad donde las chicas no entran en las cafeterías y pasean por el centro de Rabat como hace cincuenta años se hacía por el Cantón coruñés: en grupitos y entendiéndose con los chicos por la mirada... Ingente labor la de Salma. Mujeres despiadadas. No todas las esposas son bellas y cándidas como parece acreditar Salma Bannani. Al menos, eso es lo que piensa el escritor Caballero Bonald que ayer estuvo en A Coruña y, a propósito de Cela, dijo: «Como Alberti, lo que le pasó a Cela es que se casaron con mujeres despiadadas». No aclaró el literato la frase y fue una pena, porque ese plural puede incluir a la primera esposa de Cela, Rosario Conde, con quien el propio Bonald tuvo un affaire durante años. Lo que estaba claro es que la perla se la dedicó a Marina Castaño. Papel de viuda. Y con Marina Castaño me introduzco hoy en las páginas rosas. Resulta que la viuda del escritor ejerció de tal y apareció en un acto muy culto y de la jet vestida de riguroso luto por Chanel y muy en su papel de dolida esposa. Claro que no me gustó tanto como ver a Manu Tenorio (algo tenso) en una fiesta de tronío, organizada por su productor, Pepe Barroso; hay que seguir de cerca al sevillano porque va a dar juego seguro, y tal vez lo encontremos del brazo de alguna chica ideal de la muerte. Por lo de ahora nos tenemos que conformar con la nueva acompañante de Jaime Martínez Bordiu, Patricia Olmedilla, a quien pasea tras su ruptura matrimonial. Pero lo mejor de las revistas, que recomiendo con pasión, es la boda de Liza Minelli, que podría pasar por película de terror de serie B. ¡Menudo cuarteto en la foto oficial! El novio con cara de tonto, la novia hinchada como un globo, ese ser vivo que alguna vez se llamó Michael Jackson y Liz Taylor (sé que lo siguiente no se debe ni pensar, pero ante semejante foto creo Liz debería haberse muerto hace veinte años, porque su degeneración es angustiosa). En fin, el corazón también trae el acercamiento de Carolina y Estefanía, con una foto de ambas hablando, algo increíble en los últimos años (como Estefanía dejó al domador...) No falta Normal Duval y su aborto y Eva Sannum de fiesta, a la que acudió con un modelo mucho más discreto que el que llevó a la boda de Haakon. La acusación de Pamela. Para terminar, más morbo. Pamela Anderson acusa a su ex marido, Tommy Lee, de contagiarle la hepatitis C por medio de una aguja de tatuar (¿ahora se llaman así?). La actriz dice que el cantante es portador de la enfermedad y que nunca se lo dijo. Pues es la peor de todas las hepatitis, así que...