Una impactante muerte y la larga sombra de Samantha en la vuelta de «Sexo en Nueva York»

Mónica Pérez
Mónica Pérez REDACCIÓN / LA VOZ

PLATA O PLOMO

HBO MAX

Los dos primeros capítulos de la vuelta de «And just like that...» se estrenaron ayer en HBO Max impactando a sus fans incondicionales. ¡Cuidado, hay «spoilers»!

10 dic 2021 . Actualizado a las 17:00 h.

Carrie Bradshaw regresó tras diez años sin saber de ella y recorriendo de nuevo las calles de su amada ciudad de Nueva York. Y lo hizo de la mano de HBO Max con la serie And just like that... Es uno de los puntos más incomprensibles de esta vuelta: ¿porqué lo nuevo de Sexo en Nueva York no se titula como la serie original? Porque desde el primer fotograma, está claro que se trata de Sexo en Nueva York. No hay cabecera con la protagonista yendo en tutú y viendo su foto en el lateral de un autobús, pero sí suenan las notas de la mítica sintonía.

Es cierto que el personaje que catapultó a la fama a Sarah Jessica Parker en 1998 se hizo de rogar. El jueves pasada la medianoche, muchos fans buscaban en la plataforma que había informado que el estreno era ese mismo día si los capítulos ya estaban disponibles. Y se encontraron con que no. Tampoco a primera hora de la mañana, cuando volvieron a buscarlos y solo aparecía el tráiler. Pasado el mediodía, estaban finalmente disponibles los dos primeros episodios. Un aviso para los fans en And just like that... la duración crece hasta los 40 minutos, cuando los primeros capítulos de la serie original apenas llegaban a los 25. Durante las seis temporadas solo el último tuvo una duración tan larga e irremediablemente eso cambia un poco el ritmo, que discurre más lento. 

Atención, si no has visto los dos primeros capítulos de And just like that... no sigas leyendo porque a partir de este momento hay spoilers y se desvelan momentos de las tramas.

Carrie Bradshaw apuesta fuerte en los primeros minutos de serie. Ahí se desvela uno de los secretos mejor guardados: ¿Dónde está Samantha? Los fans saben perfectamente que el personaje no aparece porque la actriz que lo interpretó durante seis temporadas y dos películas se negó en rotundo a participar. Sus diferencias con Sarah Jessica Parker fueron irreconciliables. Y los guionistas, hábilmente, hacen un guiño a los incondicionales. No, Samantha no está muerta, simplemente se ha mudado tras romper su relación con Carrie. «No paré de dejarle mensajes para pedirle que habláramos tranquilamente y lo aclarásemos», dice Bradshaw, quedando la duda de si parte de lo que cuenta ocurrió o no en la realidad entre las actrices. La verdad es que la conversación parece tan real que podría haber pasado. Uno de los últimos desencuentros públicos fue cuando Catrall perdió a su hermano y furiosa, le reprochó a su excompañera que le diera el pésame. «No eres mi amiga», escribió.

Ni rastro de coronavirus

En un mundo utópico en el que hubo una pandemia y un confinamiento (se refieren en los primeros compases de la ficción a la distancia de seguridad y las nuevas formas de saludarse), pero es cosa del pasado porque no hay rastro ni de mascarillas ni de ningún tipo de medida anticovid, las chicas de Sexo en Nueva York no se dejan nada en el tintero. Charlotte cuestiona la media melena gris de Miranda  y echa de menos su inconfundible tono pelirrojo y Carrie es la amiga sin hijos a la que le dan un poco igual los dramas de madres de sus dos amigas.

Hbo MAx

El primer episodio sirve para comprobar que todo sigue igual. Mr. Big y Carrie continúan residiendo en el cielo inmobiliario, como ella misma lo bautizó cuando por fin hallaron su nidito de amor. Steve lleva audífono y Harry, el marido de Charlotte remarca su edad, algo que también hacen ellas mismas en varios momentos, salvo Carrie que insinúa que tiene 45 años y no 55. Es especialmente emotiva la aparición de Stanny, cuyo intérprete, Willie Garson, murió hace apenas unas semanas, sin poder ver el estreno de la serie que lo hizo famoso como el amigo gay de Carrie.

Mucha de la música que suenan en los primeros capítulos son temas conocidos por los fans, podrían estar en la lista de Spotify de algunos de ellos, aunque la plataforma ni existía durante la emisión de la serie (nació en el 2008), mientras ven cómo las tres amigas han ido adaptándose al paso de los años. Eso sí, quienes criticaban que la producción era un icono de estilo y glamurosa por encima de sus posibilidades, podrán seguir haciéndolo, ya que siguen luciendo estilismos impecables.

Mientras Carrie acude a un recital de la hija mayor de Charlotte, Mr. Big cae de fulminado de un infarto practicando ejercicio en su piso de manera online con una instructora que vive en Barcelona. Muere en sus brazos. «¿Qué va a ser de mí ahora?», le pregunta Carrie desconsolada a una Miranda que acude en medio de la noche a acompañar a su amiga en semejante trance. La escena, recuerda a otra que interpretaron las dos hace años en la primera película que se hizo tras el final de la serie, cuando Miranda tuvo que pasar fin de año sola tras una separación temporal con Steve y Carrie, que también lo está, cruza Nueva York en medio de la nieve para que no lo haga mientras suena Auld Lang Syne.

Así que la alegría dura poco. Cuesta creer que con todo lo que pasó para que Carrie y John por fin estuviesen juntos, y no en momentos distintos vitales como ocurrió a lo largo de la serie, Mr. Big muera trágicamente. Pero, es cierto que como dice Charlotte, la muerte forma parte de la vida. Y Carrie de repente, tiene que organizar el funeral de su marido. Impecable y arropada incondicionalmente de sus amigas, que es el fondo el leitmotive de la ficción, prepara el último adiós al amor de su vida. Con un guiño de Samantha con tono conciliador desde la distancia en forma de flores.

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La nueva vida de Carrie

Todo apunta en que en los nuevos capítulos, Carrie podría regresar a su antiguo piso de soltera, que decidieron mantener tras la segunda película. Ver la serie produce sensaciones encontradas para las que la conocimos cuando la emitían en Antena 3 a las dos de la madrugada, en una época, hace veinte años, en la que las plataformas eran una utopía.

Ni Carrie, ni Miranda, ni Charlotte son las mismas, pero tampoco sus fans, por las que han pasado dos décadas. Si tenían 20 ahora enfilan hacia los 40 (con hijos o hipotecas, o ambas), y si tenían 30, ahora están apunto de cumplir 50 y comparten parte de los problemas que Miranda y Charlotte tienen con sus vástagos. Dos décadas son mucho tiempo para cualquiera. «No podemos ser las mismas de antes», declara Carrie Bradshaw.

Viendo And just like that... se siente un poco esa nostalgia de unos tiempos que no volverán, en los que estaba todo por vivir, lo bueno y lo malo. Pero la serie mantiene toda su esencia, los picos cómicos mezclados con momentos que tocan el corazón y otros hilarantes e irreverentes, la poción mágica que conquistó a miles de fans en su estreno en 1998.

¿Era necesario?, se preguntarán muchos. ¿Lo eran otros tantos reboots que han surgido en los últimos tiempos? Si casi todas las series míticas han vuelto, ¿por qué no iba a hacerlo Carrie Bradshaw? Eso sí, aprendiendo a adaptarse los nuevos tiempos. La periodista que vivía a todo trapo de escribir una columna sobre relaciones y sexo en el Nueva York a finales de los 90, es ahora una cincuentona que colabora en un pódcast con una cómica que se declara de género no binario a la que interpreta la actriz Sara Ramírez, la doctora Callie Torres de Anatomía de Grey. Ella le hace preguntas incómodas a una mojigata Carrie que tendrá que espabilar si quiere allí. Y sí, Bradshaw ha caído en las garras de Instagram, donde sube fotos de los estilismos que se encuentra por el mundo.

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Y como guinda final, habrá que ver cómo termina la controladora Miranda Hobbes con lo que parece un incipiente alcoholismo. Carrie Bradshaw ha vuelto durante al menos ocho episodios más que se estrenarán de uno en uno a partir del próximo jueves. Si la aventura de volver a ver recorrer a las tres inseparables amigas las calles de Nueva York vestidas como si desfilasen por una pasarela de alta costura tiene futuro más allá de una temporada o no, habrá que esperar un tiempo para saberlo. De momento, los fans pueden simplemente disfrutar de la serie, que cómo no, tendrá un buen puñado de detractores, pero es que Carrie, el mundo en estos veinte años, ha cambiado mucho. 

Y And just like that... está dispuesta a demostrarlo. Si Sexo en Nueva York fue criticada por falta de diversidad racial y de diversidad, ahora ganan peso los personajes de raza negra y los distintos géneros, para demostrar, precisamente, cuánto ha avanzado la sociedad en estas décadas.