12,95 en la selectividad, ¿estudio Medicina?

Jose Luis Fernández Trisac AL HILO

SELECTIVIDAD

06 jul 2022 . Actualizado a las 17:22 h.

Leía el otro día en La Voz a los alumnos con mejores notas en la ABAU, donde Emma decía «prefiero ser una profesora feliz que un médico amargado»; y Julio contaba que, a raíz de romperse un brazo de niño, siempre pensó en ser médico para ayudar a la gente. Una decisión de ese calado tiene que tomarse desde la vocación y el conocimiento del camino a emprender. En los últimos años parece que estudiar Medicina y tener los expedientes más brillantes de bachillerato y selectividad tiene que formar un binomio indivisible con ciertos grados universitarios, entre ellos Medicina. Como médico, me pregunto si debería prevenir a los futuros médicos sobre lo que se van a encontrar: momentos importantes que no podrán compartir con familia o amigos, guardias de 24 horas, el contacto con el sufrimiento y la muerte o la precariedad durante años. Tras una carrera de seis años tendrán que preparar una dura oposición para nuevamente competir por elegir una especialidad. Tras los cuatro o cinco años del período de mir, volver a opositar, a veces durante años, para conseguir estabilidad en el trabajo. Además, los médicos estudiamos y debemos investigar, durante toda nuestra vida, los avances en los diagnósticos, tratamientos y la aparición de nuevas tecnologías que hacen que tengamos que dedicar muchas horas a nuestra formación y a actualizar conocimientos.

Hace unos días nos visitó en el hospital Igor. Él nació un día estando yo de guardia hace siete años. Recuerdo la difícil situación de los futuros padres enfrentándose mucho antes de tiempo al parto, nació pesando 650 gramos. Igor es ahora un niño feliz y su visita nos alegró el día a los médicos, enfermeras y auxiliares que estábamos trabajando esa mañana.

Me preguntaba hace un momento si debo prevenir a los futuros médicos sobre la realidad, pienso que no debo hacerlo. Creo que tenemos la profesión más hermosa del mundo, merece la pena el esfuerzo y estudio continuo, las largas jornadas y los momentos de satisfacción, que superan a los de sufrimiento. Los que estos días están pensando en iniciar Medicina, y lo piensan desde hace muchos años porque creen que pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de la gente y no temen convivir a diario con problemas relacionados con el bien más preciado de las personas, la salud, deberían estudiar Medicina. Si, por el contrario, condicionados por su expediente, piensan iniciar esta carrera, en la que no habían pensado hasta ahora, deberían replantearse esa situación y hacer como Emma.

La medicina es una profesión técnica, humanitaria y artística a la que debería accederse por vocación. No necesitamos médicos amargados o alumnos que abandonen la carrera. Por todo ello, hay que plantearse algo más que una nota de corte para ser médico. Muchos de mis colegas y amigos, y yo mismo, que fuimos estudiantes de notables, hoy no podríamos acceder al grado de Medicina. Quizá se tengan que valorar otras actitudes y valores en entrevistas previas al acceso a la universidad para esta y, en general, para cualquier carrera. Esta solo es la opinión de alguien que, como Julio, siempre quiso ser médico.