«Sáqueme de aquí mi teniente coronel, que me han matado»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

ORDES

cedida

Garea Villaverde, de Ordes, redujo en 1978 a dos Grapo

19 nov 2017 . Actualizado a las 21:16 h.

El pasado 12 de octubre, la Guardia Civil enmendó un error de cuarenta años con el capitán Manuel Cascón, tiroteado por una integrante del Grapo. El suceso ocurrió el 29 de marzo de 1978 y la historia ha mantenido oculto al otro héroe de aquella jornada, el teniente coronel Manuel Garea Villaverde (Ordes, 1930), la persona que consiguió reducir a la terrorista y logró que se rindiera el compañero de esta que había buscado refugio en una casa en obras. Nunca ha recibido condecoración alguna.

Garea tenía por costumbre anotar las noticias de los robos y ese día se denunció la sustracción en Pontevedra de un Seat 1430. Yendo hacia su casa por la carretera de Caldas se percató de que el coche que les precedía era el sustraído. Instantes antes se había cruzado con el sargento Cascón, que estaba de servicio por la N-550 y al que informó de lo que ocurría, al tiempo que ordenó a su chófer que siguiese a los ladrones.

En la entrada a Pontevedra el vehículo del guardia adelantó al robado, ocupado por dos jóvenes, para obligarles a detenerse. Fue entonces cuando Garea comprendió que se enfrentaba a algo más que a unos vulgares ladrones de coches, como había creído. El Seat 1430 volvió a adelantar al coche en del teniente coronel y lo echó de la carretera. No llegó a volcar, pero tuvo que abandonar momentáneamente la persecución siendo relevado por la patrulla que encabezaba el sargento Manuel Cascón.

En Gavián, Verducido, Manuel se abalanzó sobre la chica y recibió un disparo en el hígado. La terrorista llegó incluso a apretar el gatillo una tercera vez, pero el sargento logró aferrar la mano de la mujer y evitar el disparo.

Cuando Garea Villaverde acudió en auxilio del agente herido, este le espetó «sáqueme de aquí mi teniente coronel, que me han matado». A lo que Garea respondió con un contundente: «Déjate de historias, Cascón». Consiguió introducirlo en su coche y mandó al conductor a que lo llevase de urgencia al hospital, evitando de este modo un fatal desenlace.

De igual modo, se enfrentó a la terrorista, a la que logró apresar pese a su feroz resistencia, antes de conseguir la rendición de su cómplice, que se había ocultado en una casa en obras. Utilizó, para ello, una bomba de mano, que lanzó a un patio de viviendas. Otro agente alcanzó al terrorista con un tiro.