«De neno xa me gustaba o da taberna»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

O PINO

El arquitecto y decorador Ventura Cores diseñó este local escondido en la Rúa do Vilar que Agustín y su mujer asumieron «case de broma e acabamos en serio»

01 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Agustín Ares Rial nació en Budiño, una parroquia del concello de O Pino. Sus padres eran agricultores, como la mayoría en esa época, pero sin saberlo la hostelería ya había empezado a rondarle, «de pequeno xa me gustaba o da taberna», cuenta. No obstante, entró en este mundo porque era lo que había. Comenzó muy jovencito, a los 17 años, y se recorrió prácticamente el cogollo del casco histórico a lo largo de más de 35, así que puede hablar con propiedad de este sector en Compostela.

Su primera parada fue la churrería Compostela, en el Franco, en donde ahora mismo se sitúa Casa Elisa. Chocolate con churros, una combinación que a finales de los setenta concentraba una nutrida clientela en la rúa de los vinos, «era un sitio moi típico e con moita xente. Estiven de marzo do 78 ao 1 de xaneiro do 81, ata o día que pechou». Eran años en los que la mili todavía era obligatoria, así que allá se marchó a Vitoria y Burgos, doce meses de los que lejos de renegar guarda «un bo recordo, foi un bo ano».

Adentrado ya en el mundo de la hostelería y con un Santiago en el que la población crecía con los universitarios y los funcionarios, Agustín pasó por el restaurante Ferrol, en Fonte de San Antonio, también cerrado ya, y después por el San Antonio, a cien metros. Ahí ya se decidió a regentar su propio local, «tivémolo alugado a miña muller e máis eu durante catro anos e medio, era cafetería e restaurante».

Pero este hostelero de O Pino conocía ya el Paradiso, en la Rúa do Vilar, un establecimiento que además llevaba un matrimonio de su zona. «Un día vin por aquí, a señora díxome que se traspasaba, empezamos así de broma e acabamos en serio», dice entre risas. Su memoria para las fechas es llamativa, «pechamos o 31 de outubro o San Antonio ás catro da tarde, a ás catro e cuarto vin para limpar e abrir este». El Paradiso es toda una institución en Compostela no solo porque en el 2016 cumple cuarenta años, sino porque su decoración y estilo siguen marcando la diferencia. No ha cambiado en cuatro decenios, y Agustín no tiene intención de hacerlo, «isto non se pode cambiar. O decorador foi Ventura Cores, recén falecido, e o señor que puxo en marcha este café díxome que empezara a decoración polo marco da porta», un marco que efectivamente merece la pena pararse a contemplar unos segundos.

De su interior solo han cambiado los sofás, poniendo sillas en su lugar, porque ocupaban mucho espacio, pero siguen los espejos quemados con sal para dar una sensación de avejentados, «que lle fan moita graza aos nenos cando veñen, sempre din que están sucios». Como Agustín y su mujer no tienen previsto modificar el estilo, el hostelero se hizo con todas las lámparas que quedaban cuando Losa cerró su tienda, para poder renovar en caso de que se estropeen, «un día veu un señor de Barcelona e díxonos: ?estas lámparas las hice yo porque el único cliente que teníamos en Santiago era Losa?».

En honor a una novela cubana

Del Paradiso llama la atención que no tiene cristalera hacia la calle y su entrada estrecha, por eso sorprende el local una vez franqueado. Agustín asegura que «moitos din que se chegara á rúa tiña outra vista, pero outros entran pensando que non hai nada e despois cando chegan ven algo distinto e chámalles a atención». También es curioso el nombre, Paradiso, que no ha cambiado en los cuarenta años del local desde su apertura. Fue el primer propietario de este local, que lo regentó seis años, quien se lo puso. Había estado en Cuba emigrado, de hecho lo apodaban el cubano, y lo hizo en honor a la novela de Lezama Lima, que así se llama.

Nombre. Agustín Ares Rial, nació en O Pino en 1961 y reside en Basquiños.

Profesión. Hostelero, desde 1991 regenta con su mujer Socorro el Paradiso.

Rincón elegido. Su propia cafetería en la Rúa do Vilar, «porque este sitio significa moito para min».