Ahora su catálogo es amplio. Han pasado de hacer zapatos o botas en tono natural a usar el color e incluso la combinación de tonos arriesgados como el lila, el verde o el cereza. Tienen una bota campera lisa con trenzado natural; una bota Gilda, inspirada en los años veinte; zapatos Oxford monocolores con esa combinación de negro y blanco propia de los agitados años veinte, botas de montaña.... Hasta hacen cinturones a juego.
Y no ocultan su secreto. Porque el de zapatero es un arte que hay que conservar. Como ellos, dice Ramón, hay también zapateros artesanos que hacen calzado en Ourense, Monforte... Además de mostrar cómo cosen el forro a la planta y al corte a todo el que quiera pasar por su local del centro de Melide, también van de feria en feria. Hoy están en la de Viveiro. Han estado en Mostrart, en A Coruña. Van a la de Ofeitoaman, en Vigo, al San Froilán... No son zapatos de cristal los que hacen, pero igual que le pasó a Cenicienta cuando probó el que había perdido, estos también ajustan perfectamente.