Una mujer que aprovechaba que cuidaba a un anciano en casa de un oculista de Ames para sisar dinero tendrá que devolver 6.000 euros

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

AMES

La sede de los juzgados de Santiago, en Fontiñas
La sede de los juzgados de Santiago, en Fontiñas CEDIDA

La condenada y su marido cancelaron créditos e hicieron compras y viajes que era imposible que salieran de sus ahorros

29 feb 2024 . Actualizado a las 13:47 h.

Una mujer que trabajaba cuidando a una persona mayor en la casa de un oculista con residencia en Ames ha sido condenada por sisar importantes cantidades de dinero entre octubre del 2018 y finales del 2019, aprovechando que el dueño de la casa traía regularmente los ingresos de la clínica que regentaba y dejaba un sobre con dinero en el garaje antes de proceder a su ingreso en el banco. La acusada cumplirá 16 meses y medio de cárcel y tendrá que devolver 6.000 euros a la víctima, una pena inferior a la que en primera instancia se le había condenado, ya que la sección de la Audiencia Provincial con sede en Santiago ha aceptado en parte su recurso de apelación rebajando el castigo, que inicialmente fue de un año y medio de cárcel y el pago de 14.000 euros de indemnización por el efectivo robado.

El matrimonio que vivía en la vivienda se dio cuenta de los robos en la última semana del mes de marzo del 2019, cuando se percataron de que faltaba un sobre con 650 euros que el oculista había dejado en el interior de un maletín en el garaje de la casa. Aquel hecho fue la confirmación a las sospechas que llevaba meses teniendo de que faltaba dinero de los sobres o incluso los sobres mismos, por lo que de forma inmediata despidieron a la señora.

La Audiencia compostelana, cuando resolvió el recurso de la acusada, entendió que había quedado perfectamente acreditado que era autora de un delito continuado de hurto, pero rebajó la cantidad que se ha podido probar que robó a 6.000 euros, de ahí que se reduzca ligeramente la pena y la indemnización.

El tribunal provincial afirma en su sentencia que «consta que la denunciada fue la única persona que tuvo la oportunidad material» de perpetrar el hurto «pues las otras dos personas ajenas a la familia que estaban en la casa no estuvieron en la zona donde se hallaba el sobre, pues entraron por la puerta principal, estuvieron siempre juntas según ambas declararon y en la planta baja se limitaron a acudir al cuarto donde se cambiaban, sin ir al garaje».

Además, los magistrados ven «inverosímil» que el dinero que la denunciada y su esposo ingresaron en ese tiempo en su cuenta bancaria pudiera provenir de los sueldos que cobraban, de 1.200 y 1.100 euros, respectivamente. Es más, es que en ese tiempo realizaron «desembolsos de cierta importancia» para cancelar créditos de 3.000 y 2.000 euros, compraron un vehículo por 3.000 e hicieron viajes al extranjero. Un dinero que no pudo salir de sus salarios pero que, a juicio del tribunal, tampoco de sus ahorros porque «nunca antes, durante los varios años de evolución de la cuenta, se había producido semejante afluencia injustificada de dinero, pese a que los ingresos de ambos eran sustancialmente los mismos que en el período en el que se produjeron los hechos», añade la resolución judicial.

En su recurso, la defensa de la condenada alegó que la denuncia del robo del dinero se debió a un conflicto con la familia para la que trabajaba y para justificar su despido, pero la Audiencia considera probado que lo que en realidad sucedió es que la relación laboral se rompió, precisamente, al detectarse la falta del sobre con dinero.