Ciudad deseada

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

08 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Leo con curiosidad el opúsculo «Compostela como desexo», en el que dos protagonistas, desde la política municipal, de la etapa más brillante del Santiago contemporáneo, Xerardo Estévez y Xosé Manuel Villanueva, junto al filósofo Antón Baamonde, el economista Fernando Barros y el arquitecto Alfonso Salgado reflexionan sobre la ciudad y señalan los caminos que esta tiene abiertos para avanzar hacia la Compostela que ellos, diría que todos, deseamos. Curiosidad por su diagnóstico del estado de ánimo actual de la ciudad, que califican de «certa atonía» y a la que ven «por debaixo das súas posibilidades». Sin recrearse en una añoranza estéril del pasado que hace más de tres décadas puso las bases del Santiago moderno que hoy vivimos y potenció su legado histórico con políticas de rehabilitación, y todo su simbolismo europeo a través de los Caminos de peregrinación, los autores consideran que los instrumentos institucionales que lo hicieron posible, coronados por el Patronato, están plenamente vigentes para dar el salto adelante que la ciudad necesita. Avances que requieren concertación de las administraciones local, autonómica y estatal, y un reforzamiento de la posición central del Concello como impulsor de estas políticas y catalizador de consensos en torno a una Compostela capaz de superar los monocultivos laborales de la administración, la hostelería y la construcción para abrirse a una industrialización de base tecnológica con la decisiva participación de la USC. Una Compostela que resuelva los retos de la movilidad y de la transición energética, al tiempo que da nuevo impulso a la rehabilitación del patrimonio histórico —imprescindible puesta al día del Plan Especial—; que sea capaz de movilizar su parque residencial vacío, a sabiendas de que tiene su expansión planificada; y que recupere el vigor de sus instituciones culturales, anémicas por efecto de un Gaiás «aínda non metabolizado pola cidade». Los autores del librito editado por Alvarellos proponen un ambicioso horizonte temporal: año jubilar 2027. Hacen un guiño de complacencia a la corporación local por su gestión «eficaz» y «dialogante» pero echan en falta «un afán común, o orgullo de cidade». De esta evidencia, que no es nueva, se puede extraer una conclusión capital: falta ilusión que movilice a la ciudadanía.