Control

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

06 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Control total. Es lo que trae el programa de movilidad que se vale de la última tecnología adquirida con los fondos del Smartiago. Lo habrán visto desde hace meses al instalarse grandes pantallas, que proyectan pobres mensajes, y cámaras sobre aparatosos mástiles en los accesos al centro. Estos días se ha adentrado en el corazón del casco monumental para colgar hasta 43 cámaras a las que no se les escapará detalle del movimiento rodado y peatonal de toda la zona. Sabrán si es usted vecino, peregrino o turista, si viste de marca o de mercadillo, si se peina con raya o si ha dormido mal esa noche porque le delatarán las ojeras. Leerán las matrículas de los coches, por supuesto, pero también descubrirán su identidad sin necesidad justificada de pedirle el DNI. ¿Es eso un drama? Según se mire y la intención con la que se mire, por supuesto. Lo es si no está plenamente garantizado el control sobre la irrupción de este Gran Hermano que deja a la altura de un neonato aquellas primeras cámaras de control del tráfico a las que hubo que amordazar para evitar indiscreciones. El Smartiago es el no va más, hasta tendremos bancos que controlarán su sentada y sus idas y venidas. Intimidades aparte, para mejorar el tráfico rodado en una ciudad tan manejable como la nuestra, me parecen más necesarios los aparcamientos periféricos, tantas veces prometidos (diferidos este Xacobeo por la pandemia) que una masiva siembra de cámaras. ¿No estaremos matando moscas a cañonazos? Salvo que haya otros motivos, de seguridad, y no solo para proteger el patrimonio monumental. Pero esa ya es otra historia.