Analfabetos

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña DE BUENA TINTA

SANTIAGO

13 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Se busca político sin carrera ni máster ni tesis doctoral. A ser posible, analfabeto. Se valorará que no aspire a un sueldo superior al salario mínimo interprofesional y que su vivienda no supere los 90 metros cuadrados. Abstenerse millonarios, competentes, ambiciosos o sabios». Sí, es una exageración, pero acorde con el país de traca en el que vivimos. En el que siempre hemos vivido, ojo. Porque la situación surrealista en la que se encuentra ahora la política española no deja de ser una consecuencia más de los muchos excesos, prepotencias e impunidades de otros tiempos. Siempre hemos sido cainitas y nos hemos columpiado en una balanza que no conoce más que los extremos. Y así, pasamos de la letra con sangre entra al grupo de wasap en el que se denigra a los maestros, del libertinaje y del destape al neopuritanismo profiláctico, de guardar las bombas en el armario a mandarlas a Arabia Saudí con papel de celofán, de confundir la comisión de investigación con el ajuste de cuentas y de mezclar las amistades peligrosas con la seguridad ciudadana. Desde los fogones de la política fabricamos líderes a los que luego defenestramos por no repetir al pie de la letra la lección aprendida. Los guiones de los debates parlamentarios se escriben a golpe de tuit o de series de ficción basadas en hechos reales y el horizonte de cada legislatura no va más allá de donde se calientan los motores que preparan la precampaña de la próxima cita electoral. O sea, de mañana mismo.

He visto por los pasillos de Raxoi y por las escaleras de O Hórreo a políticos cabizbajos y perdidos, preguntándose en qué circo se habían metido. No sé si tienen máster o no, pero les aseguro que son honrados. Que sí, que los hay.