Ragtime

Serafín Lorenzo A PIE DE OBRA

SANTIAGO

28 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Vídeos delatores. Fotos inapropiadas. Partes policiales reveladores. La enésima recreación de aquella rancia advertencia acuñada en el pleistoceno: No sabe usté con quién está hablando. Delirante todo. Tanto, que cuesta tomárselo en serio. Es más fácil dejarse llevar por el ritmo desbocado que imponen estos tiempos (un legado endemoniado de las redes sociales) y saltar de un episodio a otro mientras nos viene a la cabeza un fondo musical a la altura de la sucesión de despropósitos. Un buen ragtime. Venga, la pieza de cabecera de la banda sonora de El golpe. Sí, la célebre película de ese director cuyo nombre no voy a buscar en Google en la que Newman y Redford compartían pillerías. ¿A que ya suenan los compases en su cabeza? ¿Acaso no ayuda a mejorar la digestión del drama?

Porque anda la política muy enfangada. También en Santiago, donde la infraestructura más relevante que recibirá la ciudad en muchos años, la estación intermodal, se ha convertido en un frente constante de reproches y suspicacias entre la Xunta y el Concello. Y ya es fatalidad que un proyecto que suscitó el consenso de las tres administraciones involucradas (Fomento, a través del ADIF, completa la terna) se vea convertido en fuente de refriega entre gestores públicos. Malo. La única nota de color la pone el formato elegido: la carta de toda la vida. Nada de e-mail, ni mucho menos de WhatsApp, el correo postal con firma de puño y letra. De San Caetano a Raxoi, y vuelta a San Caetano. Esta reivindicación extemporánea del género epistolar aporta un toque de clase en tiempos de zafiedad y de errores involuntarios. ¿Oyen esa dicharachera banda sonora?