Ad astra per aspera, pero más

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

SANTIAGO

03 oct 2016 . Actualizado a las 15:47 h.

Probablemente fueron los integrantes de la Peña Zona Norte los primeros en advertir el calibre de la avería que supone la lesión de Alberto Corbacho. Faltaban dos minutos para que concluyese el encuentro y empezaron a corear el nombre del Obradoiro. Todavía hubo tres interrupciones antes del pitido final, pero no desistieron en su aliento. Y el Multiusos se sumó. Ese mensaje llegó al vestuario, sobre todo a los jugadores nuevos.

La lesión de Corbacho, sumada a la de Urtasun, viene a ser como si el Real Madrid se queda a las primeras de cambio sin Rudy Fernández y Carroll; o el Barça sin Oleson y Navarro (está sin los bases Rice y Koponen, y bien que lo notó en Manresa, pese a sacar adelante el partido); o, por buscar un club con un potencial económico más similar al del Obradoiro, es como si el Fuenlabrada perdiese a Popovic y Cruz.

Sar enseguida entendió la gravedad de la situación en la que se queda el equipo. Y sabe que se avecinan tiempos complicados. Toca mirar al futuro sin los dos tiradores consumados de la plantilla, sin las dos piezas alrededor de las cuales se fue armando el equipo. De un día para otro, hay que cambiar la partitura. Y los colectivos de Moncho Fernández no se caracterizan por tocar de oído sino porque necesitan ensayar mucho.

El club probablemente está ante la tesitura más complicada y el mayor de los desafíos en las seis temporadas consecutivas que lleva en la ACB. Ad astra per aspera, una vez más. Pero más.