Hay jugadores que no necesitan flashes para hacer valer su peso en un vestuario, como es el caso de Marcos Vara
02 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La semana pasada, Santi Valladares júnior destacaba a su compañero Marcos Vara como una de las piezas maestras del Santiago Futsal, a pesar de que no está teniendo muchos minutos. Hablaba de él con admiración y lo pone como ejemplo a los chavales de la base a los que entrena. Sin duda, es uno de los líderes del vestuario, un jugador que ha sabido ganarse los galones y que aprovechó sus primeros años en Compostela para licenciarse en Farmacia.
-¿Qué siente uno cuando le llegan reflexiones como las de su compañero Santi Valladares?
-Pues es un orgullo. Que un jugadores que también es entrenador de la base te ponga como referente... Es un orgullo.
-¿Cómo se consigue ese predicamento?
-Siempre lo he dicho, me considero jugador de equipo, de los que intenta aportar en todos los aspectos y ayudar a los compañeros. Eso no quita que también busque protagonismo y minutos.
-¿Es distinta esta etapa de la que vivió con anterioridad, cuando empezó en la Universidad?
-Sí, son distintas. Lo que se intenta mantener es la manera de trabajar, la identidad que se creó en la primera etapa. Creo que es el mayor activo del club. Anima a muchos jóvenes a venir, porque ven que es un buen sitio para progresar. Y ahí están los campus en Japón. Es el mayor activo. Y es difícil conseguirlo.
-¿Qué hace distinto al Santiago?
-Por mi experiencia, creo que eso, tener unas bases muy sólidas, una idea muy clara de entender el fútbol sala, valorando mucho el trabajo, a gente que quiera progresar, que venga con esa idea, con hambre, ganas de comerse el mundo. A partir de ahí, el club, en el día a día, es coherente con esta idea, tanto los entrenadores como la entidad. Siempre te intenta aportar más. En otros clubes no están tan claras las cosas, dependen mucho del entrenador y los jugadores de cada momento.
-¿Me equivoco o ganaba más en su primera etapa en Sar?
-No se equivoca. Pero no mucho más, porque no fui superpagado. Era canterano, empezaba en este mundo, a tener una ficha en el primer equipo... Era de los más bajos de la plantilla en salario. Las diferencias económicas, pero en todo el fútbol sala, de antes a ahora, son enormes. Cualquier jugador de División de Honor hace ocho año cobraba el triple de lo que es la media ahora mismo.
-Vuelven las sombras económicas a cernirse sobre el Santiago. ¿Cómo lo llevan en el vestuario?
-Son noticias no agradables de escuchar. La idea que yo palpaba era que el año pasado había sido muy duro, que se salió con éxito de la concursal, que eso había valido para ordenar las cosas, y que este debía ser el año de la estabilidad, para volver a crecer. Es lo que percibía. Estas noticias, que a nosotros también nos llegaron en el mismo día, no son optimistas. Nos lo tomamos con preocupación, no máxima, pero sí con inquietud, porque eres profesional de esto, vives del fútbol sala. También tenemos plena confianza en que la directiva está trabajando en buscar una solución.
-En el plano deportivo, ¿le está faltando una pizca de fortuna al equipo?
-Puede ser que en ciertos partidos nos haya faltado. Este sábado, por ejemplo, hicimos más méritos. También el día del Levante, y no sacamos nada positivo... Pero ya va un numero grande de jornadas y estás donde te mereces. Ya se pueden sacar conclusiones coherentes. No soy mucho de pensar en la suerte, sino de centrarnos más en lo nuestro que en lo externo.