Acepta el desafío de asentar un proyecto que se marca como objetivo formar jugadores que lleguen al primer equipo
05 mar 2015 . Actualizado a las 15:51 h.El Compostela quiere hacer suyo ese lema del paso corto y la vista larga. Mientras el primer equipo lucha por seguir escalando en la Segunda B, el club no descuida la base. Y ha recuperado para la causa, como director de cantera, a Javier Bellido, que durante diez años defendió la camiseta azul y blanca, en la época dorada de los 90.
El presidente, Antonio Quinteiro, le dio la bienvenida y le prometió todos los medios y apoyos posibles porque «trabajar la base es el futuro del Compos».
Y con ese cometido llega el que fuese central del equipo en la etapa de Primera División, el de organizar y estructurar los colectivos de las categorías inferiores para que formen jugadores con posibilidades de dar el salto algún día a la primera plantilla.
Bellido parte con tres ventajas: como jugador vivió y se formó en una de las grandes canteras, la del Athletic; ya desempeñó una tarea similar en el Atlético Fátima; y es un compostelanista que conoce la casa y la ciudad.
Ha arrancado con buen pie, porque más que prometer resultados o fijar cuotas lo que hizo fue proponer principios de trabajo, sin cerrarse a consensuar y realizar ajustes sobre la marcha.
Bellido es partidario de que hasta la categoría de alevines los críos jueguen en sus entornos más próximo. Y, ya a partir de infantiles, disponer de dos equipos en cada categoría.
Entrenamientos y otras áreas
En su plan de ruta mandan los entrenamientos, en número y en calidad. Pero no todo es fútbol También llama la atención sobre otros aspectos como «el área social, la alimentación o el seguimiento médico».
Subraya que tan importante como el futbolista es la persona, sobre todo en las edades propias de la base. Estar pendientes de los estudios o procurar que los chavales se muevan en un entorno agradable no son cuestiones secundarias.
De su etapa en el fútbol profesional sabe que la alimentación y el peso guardan relación directa con el rendimiento. Y también aboga por aprovechar, en la medida de lo posible, los servicios médicos de la entidad, para que los chavales, cuando se lesionan, puedan «seguir haciendo vida de club» y no remitan la recuperación a sus domicilios sin pisar las instalaciones deportivas hasta que concluye la rehabilitación.
Bellido, de momento, está en la fase de aterrizaje y acopio de datos, antes de ponerse manos a la obra. Tiene tarea adelantada, ya que su hijo Ander milita en el plantel de Liga Nacional Juvenil y sabe como se trabaja.
Ese equipo lucha por ascender a División de Honor. Sería un salto cualitativo importante, pero no deja de precisar que el gran objetivo es conseguir modelar futbolistas que acaben haciéndose sitio en el primer equipo.