El libro digital da más autonomía

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

El peso, pantalla pequeña y dificultades de conexión son sus problemas

10 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El libro digital empieza a afianzarse en el López Ferreiro y el Rodríguez Xixirei de Lavacolla, los dos únicos centros públicos de Santiago que lo han implantado. Consiste en que prescinden de los libros de texto en papel tradicional, y escolares y docentes se valen de ordenadores portátiles para la enseñanza. En el López Ferreiro lo usan 45 escolares y 9 en Lavacolla. También todo el profesorado: tutores, y para las diversas disciplinas curriculares, como inglés, enseñanzas artísticas, religión; incluso puede usarse en educación física, aunque en esta lo normal es que hagan ejercicio y no estén sentados en el aula. Solo en quinto de primaria, único curso donde comienza la experiencia.

Las primeras semanas arrancaron con dificultades, porque no funcionaba bien la conexión, y algunos días no pudieron acceder a materiales didácticos para las aulas. Pero esos inconvenientes se han superado: al menos cuando están en el colegio ya no ocurren, y solo se dan alguna vez cuando el alumnado intenta acceder desde sus casas a los contenidos, según explican en el Rodríguez Xixirei.

 

 

Modelo antiguo

 

 

También se denomina mochila digital, porque quien lo usa lleva para casa solo el ordenador. O ni siquiera eso, pues si tienen acceso a Internet desde casa pueden conectarse también. «

Observamos que o alumnado é máis autónomo, aprende a buscar información. Favorece outra maneira de aprendizaxe, menos memorística

», explica Pedro Meijide, director del Rodríguez Xixirei.

 

«Quen usa o libro dixital tamén utiliza menos cadernos e outro material didáctico», indica Xosé Ramón Carril, director del López Ferreiro. Solo para los exámenes se mantiene el papel.

Ambos confían que la experiencia continúe el próximo curso, y que se utilicen libros digitales de nuevo en quinto, y el alumnado actual en sexto. Después el problema está en si habrá continuidad en la secundaria, o de nuevo tendrán que volver a los libros de texto de papel, un aspecto que aún no se ha aclarado.

El libro digital comenzó con ordenadores que ya tenían centros que participaban en el proyecto Abalar. Todos podían sumarse esta innovación. Lo hicieron la mayoría, pero algún colegio, como el Ramón Cabanillas en Santiago, decidió esperar.

Meijide explica como problemas que la pantalla se hace pequeña; y el peso de los portátiles, aunque es menor que el de cinco libros de texto de papel. El modelo es antiguo. «Sería mellor utilizar unha tableta, ou un dispositivo máis moderno», manifiesta.

EDUCACIÓN NUEVAS TECNOLOGÍAS EN lavacolla y el lópez ferreiro