El administrador de la catedral asegura que notó la falta de dinero desde el 2003

SANTIAGO

Manuel Iglesias dice que fue amenazado por el supuesto ladrón del Códice: «Voy a pagarle 300 euros a un marroquí para que te dé una paliza»

21 ene 2015 . Actualizado a las 13:44 h.

En la tercera jornada del juicio por el robo del Códice Calixtino también declaró el administrador de la catedral de Santiago entre los años 2002 y 2011. Manuel Iglesias, que compareció ante el tribunal después del exdeán José María Díaz, dijo que empezó a detectar descuadres entre lo que se hallaba en la caja fuerte y lo que antes se había contabilizado ya en el 2003. De hecho, aseguró que empezaron a hacer arqueos por este motivo, el primero en agosto del 2003.

Al faltar reiteradamente dinero «nos dimos cuenta de que había alguien que tenía la llave». Iglesias, en cuyo despacho personal estaban las cajas fuertes con el dinero de las colectas y museos, asegura que solo él tenía acceso a esta dependencia y a la caja fuerte, y que nunca se la dio a Fernández Castiñeiras.

Un poco antes de la desaparición del Códice, y al seguir faltando dinero, traspasó casi todo el dinero de una a otra caja, dejando algo para que quedara como cebo. Iglesias asegura que nunca denunció esta situación ante el Cabildo, solo al deán, «porque albergaba la esperanza de dar con el autor de la sustracción». El exadministrador señaló en el juicio que siempre sospechó del electricista, por comentarios que había recibido de la trayectoria laboral de Castiñeiras en el Seminario Mayor o una empresa anterior.

En el año 2010 instaló una cámara de vigilancia en su despacho, que no funcionó temporalmente, y en ningún momento se visualizaron las imágenes.

Preguntado por qué tardó más de seis años en instalar una cámara de vigilancia si faltaba dinero desde el 2003, el exadministrador aseguró que «tenía la seguridad de que algún día había de detectarse la causa».

Amenazado por Castiñeiras

Manuel Iglesias asegura que para él nunca fue un hombre de confianza y asegura que el exelectricista le amenazó en dos ocasiones y llegó a decirle «conozco todo tus hábitos de vida» insistiendo en que iba a pagarle 300 euros a un marroquí para que le diese una paliza.