El botafumeiro estrena la cuerda de reserva después de una revisión que también afectó a las poleas

La Voz

SANTIAGO

14 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El botafumeiro volverá a volar en el crucero de la catedral a partir de hoy o de mañana. El gran incensario estuvo fuera de servicio una semana para ser sometido a una revisión de las poleas por la empresa encargada de su mantenimiento, Forjasa. De paso aprovecharon para sustituir la maroma que lo sujeta y lo balancea bajo el control de los expertos tiraboleiros.

El deán de la catedral, José María Díaz Fernández, explicó que la retirada del botafumeiro no se debió a ningún problema de seguridad, sino que decidieron revisarlo «porque este año tiene un uso tan intensivo, con un funcionamiento de dos o tres veces cada día, que pensamos que era una medida adecuada cambiar la cuerda y revisar las poleas y la estructura que lo acciona».

El canónigo archivero y responsable de la catedral por su cargo de deán aseguró que la maroma no ofrecía problemas, pero que decidieron sustituirla por la que tenían de repuesto «que es más parecida a las anteriores». La que se retira fue instalada en el 2007. La cambiaron por una de fibra sintética que encargaron a la fábrica alicantina Cabos y Redes, y que regaló a la catedral su dueño, Tomás Marco. Fue dos meses después de que se suspendiera el uso del incensario al detectar que la gruesa cuerda colocada en el 2004 se deshilachaba debido a que rozaba en una de las piezas que lo mueven. Tenía cinco años de vida y ocupó el lugar de la que donó Pescanova en 1999 para relevar a la que llevaba veinte años operando.

En apenas once años la maroma del botafumeiro, que pesa unos 60 kilos, se renovó cuatro veces. El material de las cuerdas no es tan natural como antes, y el de fibra es más duro, pero menos dúctil.