El físico al que no quiso la USC

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua SANTIAGO

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

Reportaje | Científicos fugados El compostelano Marcos Mariño es el único gallego que imparte una charla en el Congreso Internacional de Matemáticos que se celebra en Madrid

23 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

?uando Marcos Mariño Beiras (Santiago de Compostela, 1970) tenía doce años ya sabía con certeza que quería ser físico o matemático. Su «gran paixón» por la ciencia lo lleva ahora a ser el único gallego que va a intervenir como ponente en el Congreso Internacional de Matemáticos, que se celebra en Madrid. Hoy hablará ante los más destacados expertos de todo el mundo sobre su especialidad, la teoría de cuerdas, que intenta describir las partículas elementales suponiendo que son cuerdas y no puntos. En los últimos años ha tenido cierto éxito porque está muy relacionada con los agujeros negros, las dimensiones espaciales, etcétera. Después de doctorarse en física teórica por la Universidade de Santiago, Marcos Mariño estuvo seis años investigando en las universidades estadounidenses de Yale, Rutgers y Harvard. Actualmente trabaja en el CERN, la organización europea para la investigación nuclear, en Ginebra (Suiza). Es un laboratorio experimental con lo mejor de la ciencia europea, en cuanto a personal y en cuanto a dotación de medios. También es profesor asociado en la Universidad de Lisboa. ¿Fue la USC un buen impulso para su carrera? Mariño se muestra muy crítico: «Tiña ofertas en Estados Unidos, en Europa e en España que rexeitei, pero non as tiven na USC». Denuncia que la universidad no tiene a la mejor gente que podría, porque no contrata desde un criterio científico. La cuestión es que Mariño se presentó a una plaza para la facultad de Física en 1999 y suspendió. Quiso volver a presentarse más tarde, pero le dejaron claro que no obtendría la plaza. «Hai que dicir as cousas claras: a xente de Galicia merece unha universidade mellor que a que ten», manifiesta tranquilo. Lo que parece corroerle es que, según él, la universidad santiaguesa funciona por grupos de poder. Asegura que tuvo algunos profesores buenos, pero que, en general, el funcionamiento de la universidad es un poco «feudal»: «Non se pode manter un sistema tan pechado, de amiguismo, nun mundo no que a información circula tan facilmente», apostilla. Mientras la comunidad científica muestra interés por la teoría de cuerdas y en Estados Unidos invitan a Marcos Mariño a impartir conferencias, «esa liña de investigación non é promovida pola USC», continúa el santiagués. El suyo es el típico caso de un buen cerebro que se marcha por no tener apoyo. «A miña ilusión era ir a Santiago e montar un grupo de traballo, pero xa non sei qué pensar. Quítanseme as ganas de voltar...», expresa Mariño. Está en lo más alto de su campo pero no trabaja en Santiago. Quizás llegue un día en que haya que tirarse de los pelos...