El trasvase que tiene a Ponte Caldelas con el corazón en un puño

Marcos Gago Otero
MARCOS GAGO PONTE CALDELAS / LA VOZ

PONTE CALDELAS

Ramón Leiro

Vecinos y Concello avisan de que su río ya está muy bajo y temen que el desvío de la mitad de su caudal sea un golpe definitivo

09 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Nos sentimos desvalidos». Así se manifiesta la portavoz de la plataforma Rexeneracion.net de Ponte Caldelas, Celia Gradín, cuando se le pregunta por el trasvase del Verdugo para atender la falta de agua en los embalses de suministro de Vigo. Gradín indica que entiende a los vigueses, pero añade que en Ponte Caldelas también han recibido lo suyo y parece que nadie se acuerda de ellos. La sequía vino en primavera, se agravó en verano, prosiguió durante casi todo lo que llevamos de otoño y les ha secado manantiales y fuentes, dejando el Verdugo a un nivel mínimo de caudal. En unas aciagas horas de octubre, todo el monte que se divisa desde las instalaciones hidroeléctricas de Laforet se convirtieron en ceniza. Las heridas de los montes carbonizados dejan ver un espectáculo desolador al visitante todavía hoy. El único tono distinto es el del heno que vecinos y voluntarios dispersaron en las zonas de escorrentía para intentar que sirvan de freno natural a la erosión por las más que previsibles lluvias torrenciales del invierno. Y con este panorama, para los caldelanos, lo último que deseaban oír es un trasvase de su río.

El Verdugo lo es todo en Ponte Caldelas. Lo sostiene su alcalde, el socialista Andrés Díaz, que insiste en que la decisión de la Consellería de Medio Ambiente no está amparada por ningún estudio técnico, ni informe de impacto ambiental, y que además no servirá para atender la emergencia de Vigo. La ciudad olívica necesitará el agua en pocas semanas, pero el trasvase programado por la Xunta solo podrá entrar en funcionamiento allá por la primavera.

¿Qué significará el trasvase para Ponte Caldelas? En uno de los bares de la villa, una de sus camareras lo tiene claro. «Aquí hay aldeas casi sin agua ¿y nos la van a llevar a Vigo?». No le ve la lógica. La misma pregunta se hace el regidor. Cerca de un kilómetro aguas arriba del casco urbano se encuentra la captación que abastece desde el Verdugo al casco urbano caldelano. Díaz lo enseña desolado: «Mira, las tuberías están ya a la vista, si hay trasvase bajará aún más rápido el nivel del río y nos quedaremos sin agua potable», precisa. En su opinión, el proyecto de la Xunta -«ocurrencia» lo califica él- es como desvestir a un santo para vestir a otro.

El entorno de la central de Laforet es la zona cero del trasvase. Desde allí saldrán las tuberías que recorrerán la ladera y después discurrirán bajo la carretera durante kilómetros para abastecer la ciudad olívica. «Esa no es una obra temporal», insiste Díaz, que desconfía de la Xunta. El alcalde teme que la ley se convierta en costumbre y Ponte Caldelas pague el pato del presunto mal estado de las redes viguesas y el derroche de agua aun en plena sequía en la ciudad olívica y entorno. Ve los recursos turísticos de su municipio esfumarse más rápido que el agua de los embalses gallegos de este verano. Sin agua, adiós a la playa fluvial, la ruta de senderismo, el barranquismo y hasta el poco verde que le queda a sus bosques. «Un sitio sin río, ni agua no tiene vida. Nosotros queremos seguir viviendo aquí», concluye Gradín.