Las 2.000 raciones de callos más codiciadas esperan en A Seca

POIO

emilio moldes

La celebración tendrá lugar el domingo 8 a partir de las 12.00 horas y, como siempre, se espera agotar las viandas

05 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La premisa en las mesas y fiestas gallegas está clara: si no sobra, no llega. Es decir, las fuentes, tras servirse los comensales, tienen que volver a la cocina aún cargadas para que todo el mundo quede contento. Pero hay algunas fiestas gastronómicas donde el éxito que tiene el plato que se ofrece es tan grande que eso resulta imposible. Ocurre así en la Festa dos Callos de Poio, donde las cacerolas se quedan a cero a la velocidad de la luz. Este año, el domingo día 8, se intentarán servir más raciones, se dispondrá hasta de dos mil, pero la organización cree que, igualmente, se agotarán rápido.

Así lo contaron ayer tanto la concejala de Cultura de Poio, Raquel Rodríguez, como los distintos miembros de la asociación Boureante que se sumaron a la presentación de esta cita. Sí. Porque es este colectivo vecinal el que hace trece años se inventó de la nada la Festa dos Callos.

¿Por qué lo hizo? «Pois porque se acababa de humanizar o entorno de A Seca, a zona do parque da Memoria, e parecíanos que estaría ben facer algo para que todo o mundo visitase o entorno. E como os callos son un prato tradicional galego e que sempre soe gustar... animámonos», indicaba ayer Juan Martínez, presidente de Boureante.

La fiesta tuvo éxito desde el primer año. Y poco a poco se logró mejorar la logística e ir subiendo el número de raciones a disposición de los comensales. De preparar todo el zafarrancho culinario se encarga un pelotón de treinta voluntarios de la asociación. Cocineros y ayudantes empiezan ya el viernes con los preparativos y el sábado, desde por la tarde hasta bien entrada la madrugada, ponen a hervir las cacerolas con la receta mágica de callos. Todo ello para que el domingo, puntualmente, a las 12.00 horas se empiecen a servir las raciones. Cuestan seis euros e incluyen pan y vino.

Los que se queden sin probar los callos -cuyo secreto, por cierto, está tanto en una secretísima receta como en utilizar materia prima gallega y de primera calidad- deben saber que en el entorno de la fiesta también habrá pulpeiros y puestos con empanada y manjares varios.

Por supuesto, el domingo, a lo largo de todo el día, en la alameda de A Seca la gastronomía se irá maridando con buenas dosis de música tradicional. Sonarán las gaitas y habrá baile asegurado.

Desde Boureante animan a todos los vecinos a pasarse por A Seca durante la jornada dominical. Y también expresan un deseo en voz alta: «Gustaríanos que houbese máis xente nova que se animase a colaborar con festas coma esta. De momento imos tirando os que estamos ao fronte, pero o interesante é que tamén se vaian sumando os novos». Queda dicho. Este domingo, aunque caiga el sol a plomo, se comen callos.