Las matemáticas explican a Murphy

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

LÓPEZ PENIDE

El colegio Sek-Atlántico y el instituto Vallé-Inclán concurren con tres proyectos a la mayor feria científica gallega

08 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Quién no ha puesto el grito en el cielo al caérsele el móvil y comprobar que el impacto lo ha recibido de lleno la pantalla? Es lo que tiene la Ley de Murphy, la que afirma que si algo puede salir mal, saldrá mal. Esta escena que para la mayoría no pasaría de causar un cabreo, en Óscar Boullosa y Pablo Tojal despertó la curiosidad y les llevó a buscar una explicación matemática a esta ley.

El de estos dos alumnos del instituto Valle-Inclán es uno de los tres proyectos de centros educativos de la comarca de Pontevedra que han sido seleccionados para tener un stand propio en Galiciencia 2016, la mayor feria científica de Galicia. Las otras dos iniciativas proceden del colegio internacional Sek-Atlántico, ubicado en el vecino Poio.

«Estábamos sentados y no sé que hizo, me quería llamar o algo así, que se le cayó el móvil, y se le cayó por la parte de la pantalla. Se le rompió», relató Óscar Boullosa ante la mirada atenta de Beatriz Amanda Trillo, la docente que coordinó el proyecto Flip the bottle, Lei de Murphy e torradas. Fue entonces cuando recordaron que les habían comentado la posibilidad de realizar un experimento con el que intentar hacerse un hueco en Galiciencia.

«Pudimos lanzar treinta tostadas», acota su compañero Pablo Tojal, para comprobar si es cierto que gran parte de las veces caerán del lado de la mantequilla. Pero también lo comprobaron con libretas, galletas, monedas o, incluso, el mismo móvil que les encendió la bombillita. A fin de cuentas, ya estaba roto y un golpe, más o menos, no iba a implicar mucha diferencia.

¿Y las conclusiones? «Qué en un gran porcentaje de las veces, cae de la peor parte... sobre todo, con el móvil», apuntó Tojal, antes de reafirmarse en que la Ley de Murphy tiene una base científica. La cual, eso sí, va a depender, en gran medida, de la altura a la que se produzca la caída y, en menor medida, de la superficie del objeto en cuestión.

¿Serás capaz de cheiralo?, por su parte, es uno de los dos proyectos con los que el Sek-Atlántico estará presente en el parque tecnológico de Ourense, Tecnópole, donde se desarrollará Galiciencia entre el 16 y el 18 de noviembre. A través de esta iniciativa Paula Barros y Sergio Soto confirmaron que el olfato es un sentido que va degenerando a medida que uno cumple años. «Llenamos seis frascos con la misma cantidad de agua y fuimos añadiendo cada vez más concentración de colonia», apuntó este último, al tiempo que remarcó que se los dieron a oler a una muestra de trescientas personas.

«Al analizar los datos, nuestra hipótesis se cumplía. Cuando aumentaba la edad, personas necesitaban un frasco con mayor concentración de perfume para detectar el aroma», recalcó Paula.

En este mismo centro educativo, Uxía Currás y María Taboada estudiaron cómo el pintar mandalas -diagramas budistas o hinduistas- contribuyen a tranquilizar a las personas. «La profesora vio los dibujos que hacíamos en los tiempos libres entre clases y nos dijo que era una buena idea para la feria del colegio», subrayó esta última, al tiempo que Uxía precisó que se decantaron por los mandalas porque eran los dibujos que mejor se le daban a su compañera de proyecto.

Acompañados por los profesores de ambos proyectos, Sergio Lago y Mónica Azpilicueta, aseguraron que, por un parte, «los estados de ánimo sí influyen en cómo pintes las mandalas» y, por otro, que el colorear estos diagramas, a su vez, «influye en tu ánimo». «Los psicólogos los utilizan con los niños que van por primera vez porque así tienen mayor facilidad para hablar con ellos y conseguir respuestas», remarcó María al referirse a Colorear mandalas axuda a tranquilizarse.