Niños pontevedreses de los que Gandhi se sentiría orgulloso

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

BARRO

Emilio Moldes

Hasta unas elecciones con urnas y todo, bien pacíficas, se montaron en un colegio para celebrar por todo lo alto el Día da Paz

31 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ojalá todos fuésemos una especie de Peter Pan y no dejásemos de ser niños nunca. Esa era conclusión que podía sacar cualquiera tras comprobar lo mucho que interiorizan y viven los pequeños jornadas como las de ayer, cuando se celebró el Día Escolar da Non Violencia e da Paz y muchísimos escolares dejaron claro que saben bien de qué va eso. Lo explicaba Leire, una niña de infantil de la escuela unitaria de Curro (Barro) sin darle muchas vueltas y después de hacer un baile bien bonito: «Eso de la paz es portarse bien, darse besos y abrazos y no pelear». Quizás Leire todavía no esté en edad de conocer a Gandhi. O quizás sí. El caso es que seguramente él, que murió un 30 de febrero y por eso se eligió esa fecha para el Día da Paz, estaría orgulloso de Leire. Y de los muchos otros niños pontevedreses que ayer pusieron su grano de arena para que el mundo, tan grande, tan complejo y a veces tan cruel, sea un sitio un poco más bonito.

Contemos algunas anécdotas. En el colegio Praza de Barcelos no solo los niños demostraron buenas intenciones. El profesor Rafa Córdoba, cuya garganta es capaz de animar cualquier cita que se precie, ayer gritó de lo lindo para demostrar que lo que quieren él y los pequeños es paz, paz y paz. «¿Queremos paz o no queremos paz?» preguntaba Córdoba. Y un coro enorme de niños con fotos, corazones y palomas en manos y cabeza le respondían con un sí bien sonoro. Rafa Córdoba decía que el acto del cole no era demasiado vistoso. ¿Y qué? Si fue el más ruidoso.

Donde no hubo ruido sino música fue en colegios como el Álvarez Limeses, el Froebel y un buen número de centros más. Y es que la música fue uno de los motores de la celebración del Día da Paz. Se cantaron letras de Juanes, de Maldita Nerea, Efecto Pasillo y hasta del emblemático José Luis Perales con su archiconocido «que canten los niños, que alcen la voz, que hagan al mundo escuchar». Acompañando a los acordes, coreografías por doquier y también atuendos para la ocasión. Especialmente vistoso fue el mosaico humano de colores que lograron hacer los alumnos del colegio Calasancio, en colores negro, rojo y blanco.

Celebraciones distintas

Hubo algunos colegios que escaparon de las celebraciones tradicionales. Por ejemplo, los de Poio. ¿Qué hicieron? En colaboración con un programa municipal, los niños realizaron un trabajo previo, del que ayer se vieron los resultados. Los críos metieron las palabras más bonitas que se le ocurrieron, como amor y alegría, dentro de botes de cristal, que decoraron para que se convirtiesen en tesoros. En Moraña, en el CEIP Santa Lucía, lo que hubo fue una carrera solidaria a favor de Save the Children y en Barro se pidió a las familias y los políticos que se sumasen a un gran canto callejero por la paz. En Mourente, montaron unas elecciones. ¿Qué se votaba? Los valores que se consideran mejores para fomentar la paz.