El tratamiento con corteza conllevó un gasto de 477.000 euros en diez años
10 abr 2022 . Actualizado a las 19:20 h.Desde hace más de diez años, la cáscara de eucalipto se presenta y se usa como una aliada en la lucha contra las cianobacterias que afloran cada verano en el embalse del Umia, en Caldas de Reis. Ese aporte se inició un 11 de julio del 2011 como un tratamiento experimental y se ha mantenido hasta hoy renovando esa corteza de eucalipto cada cierto tiempo. Después de un decenio y ahora que Augas de Galicia acaba de licitar un nuevo contrato de 83.156 euros para aplicar más cáscara a la lámina de agua de la presa de A Baxe, cabe hacerse al menos dos preguntas: cuánto dinero público se ha invertido en este tratamiento y si es realmente efectivo.
La primera pregunta es fácil de responder. Según datos oficiales de Augas de Galicia, en el período 2011/2021 la inversión en aplicación de corteza de eucalipto en el embalse del Umia ha ascendido a 476.541,59 euros. Una cifra nada desdeñable. ¿Es efectiva? La Administración autonómica sostiene que sí si se aplica antes de comenzar el crecimiento de las cianobacterias, esas algas que tiñen de verde el agua, y por eso mantiene su aplicación. El técnico Fernando Manuel Sánchez López, responsable del área de Calidade das Augas y que forma parte de la Subdirección de Dominio Público Hidráulico, da algunas razones.
De entrada explica que la eficacia del tratamiento se basa en el carácter inhibidor del crecimiento de cianobacterias que supone la materia vegetal en descomposición. No se probó por primera vez en el Umia, recuerda Fernando Manuel Sánchez, sino que en abril del 2010 se había firmado un convenio entre Augas de Galicia y la Estación de Hidrobioloxía de O Con para la validación experimental de un tratamiento con paja de cebada sobre las floraciones de cianobacterias en el embalse de As Forcadas, en Valdoviño (A Coruña).
A la vista de los resultados obtenidos en la fase experimental del tratamiento se decidió dimensionarlo para ponerlo en práctica en la presa de Caldas. Desde entonces y hasta el momento actual se vienen realizando aplicaciones periódicas de corteza. En los dos primeros años, 2011 y 2012, no se encuentra correlación entre ese aporte y las concentraciones de cianobacterias. El técnico subraya que para que el tratamiento tenga efecto la aplicación debería haberse iniciado antes de comenzar el crecimiento de las cianobacterias y en el 2011 no fue así. «Con base en los resultados registrados en los años siguientes (2013 a 2021), en los que se continuó con el tratamiento, efectivamente se observa un descenso de la densidad de los afloramientos de cianobacterias, si bien con un repunte en el período 2020-2021», dice. Añade que, dada la múltiple influencia de diversos factores sobre estas proliferaciones y a la vista de los datos de nutrientes, sacar conclusiones teniendo en cuenta solo la aplicación de la corteza «no sería riguroso».
«Se han propuesto diversas causas, y probablemente el motivo de que surjan estos blooms sea una mezcla de todas ellas, junto con algunas otras pendientes de definir. Esta multitud de variables que interaccionan entre sí es la razón por la que actualmente no existe ninguna forma eficiente de predecir la formación de un afloramiento», sostiene Fernando Manuel Sánchez. Los aportes de nutrientes sí juegan un papel importante: «El fósforo total parece ser el que más correlación guarda con los episodios de proliferaciones de cianobacterias. Se constata, además, que la entrada de nutrientes al embalse se produce a través de las aguas del Umia, que muestra concentraciones elevadas, particularmente después de la confluencia con el río Gallo».
La Coordinadora lamenta que se sigan tirando «cartos á auga podre do encoro»
Opinión muy distinta a la que tiene Augas de Galicias es la de la Coordinadora Antiencoro de Caldas, Cuntis e Moraña. La que fue su portavoz durante años, Paloma Fernández, responde a la pregunta de La Voz sobre si el tratamiento con corteza es efectivo y si se debe seguir invirtiendo más dinero en él. Tiene claro que es un gasto inútil. «En maio de 2011 a Xunta anunciaba a bombo e platillo un remedio eficaz para erradicar a Microcystis, dada a alarma cidadá polo mal estado de auga —expone Fernández—. O propio responsable da iniciativa, o profesor Fernando Cobo, xa avisaba que non sempre daba resultado e que en calquera caso para ter unha auga potable de calidade o que tería que facerse era desmantelar o encoro. Non lle fixeron caso, por suposto, e ademais encargaron os traballos a unha empresa allea á universidade».
Desde el colectivo vecinal que se opuso a la obra y que presentó una queja ante la Unión Europea en año 2018, que sigue abierta, invertir más dinero público es tirarlo «á auga podre do encoro». «Desde a Coordinadora intentamos todo para evitar a morte do río e o resultado que podemos ver todos os anos é un río sen osíxeno, e todo por avaricia duns e cobardía doutros. A loita contra o encoro na actualidade probablemente tería outro eco e a fiscalía e os tribunais responderían como merece á gravidade do asunto: castigar a entrega dun río virxe, con auga de calidade, a unha empresa para que a natureza sexa un negocio máis».