«¿Qué hemos aprendido este año? Qué nada es seguro»

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Los hoteleros de Ponteverda explican las lecciones sacadas tras un año de pandemia

14 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La amenaza del covid empezó a acaparar titulares a finales de febrero, cuando saltó de China a Europa y nuestro vecinos italianos se confinaban. De eso ha pasado un año y los sectores más afectados echan la vista atrás para intentar extraer algo positivo de unos meses sin actividad y con más dudas que certezas (que todavía persisten). El Camino Portugués da de comer a muchas familias que aprovecharon el tirón para montar un albergue de peregrinos. Candela Garrido, del Acolá, en Pontevedra, es una de ellas. Tiene claro que también de esta condena se pueden extraer cosas positivas. «Muchos cambios han venido para quedarse, aprendimos a valorar una serie de cosas, como el tiempo libre, pero sobre todo nos ha enseñado que nada es seguro», reconoce esta empresaria que se metió en la aventura junto a su hermano.

Asegura que la pandemia nos ha enseñado la importancia de garantizar un alojamiento seguro. «Hasta ahora siempre nos preocupábamos por la higiene y la limpieza, pero esto nos ha enseñado a ponerlo en valor, la importancia de la comodidad y la desinfección en este tipo de instalaciones», reconoce. Su voz no es la única que hace balance de lo que menos aprendido. El jefe de recepción del hotel Rías Bajas suscribe sus palabras. «Nada es seguro. Y eso que estábamos en el mejor momento de nuestra vida. Aprendimos a reducir los costes al máximo, a fijarnos en cosas que antes pasamos por alto y también que las administraciones no están ahí siempre para ayudarnos», señala Guillermo Cabero.

Los profesionales del sector han dejado de hacer planes a medio plazo para aprender a trabajar con la única previsión del día a día. Su misión en los últimos meses ha sido redoblar la seguridad. El director del Gran Talaso Hotel Sanxenxo, Óscar Fontán, recalca que su único objetivo es que «la clientela se sienta segura» porque «esto no es una guerra por la demanda, sino por la seguridad, la pandemia nos ha enseñado a adaptarnos a formas de trabajar que hasta ahora desconocíamos». Y todos apuestan porque la vuelta a la actividad conserve algunos de los valores adquiridos en estos doce meses con la agenda de las reservas a cero.