El Finesse, un Ferrari sobre las olas

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

Suso Leiro plasmó en su barco los hallazgos técnicos de sus viajes en solitario

03 sep 2020 . Actualizado a las 13:43 h.

Estabilidad, resistencia, rapidez y funcionalidad definen al Finesse, la embarcación que ha llevado por medio mundo a Suso Leiro, el navegante de Portonovo, y en la que se encarna la experiencia técnica de su propietario.o. Este velero es por sí solo tan protagonista como su patrón en sus largos periplos por el océan A bordo suya, Leiro ha recorrido unas diez mil millas, casi tres veces la vuelta al mundo.

Con 8,60 metros de eslora y tres de manga, el Finesse se construyó en Canadá. Cuando Leiro lo vio fue como amor a primera vista. «Tan pronto o vin, quíxeno para min pediran o que pediran, gustoume moito», relata. Han pasado los años, pero el navegante no oculta su pasión por su barco, que mima como un padre a un hijo.

En sus viajes, Suso Leiro se ha enfrentado a numerosos retos técnicos. No es lo mismo navegar por las aguas abiertas del Atlántico que por las gélidas corrientes del Ártico. Las necesidades tecnológicas para un periplo en solitario requieren unas condiciones técnicas que normalmente esta clase de embarcaciones precisa para un rumbo seguro en aguas tan diferentes. Así le fue aplicando los cambios necesarios, transformándolo en lo que hoy es, un velero único, estable y adaptado tanto a navegar por los trópicos como por el Mar del Norte.

El mástil es fundamental. El original no satisfacía a Leiro, al apoyar toda la resistencia encima de la quilla y de la cuaderna maestra. «Moitos barcos rachasen por abaixo porque toda a presión do vento e das ondas vai a un único punto central, que é o tinteiro onde se apoia o mostro».

Entonces, ideó una solución. «Pensei por que non facerlle dous brazos, dous mastros en forma de ‘u’ que se unen arriba no tope, e que poden ir apoiados no mesmo costado, que é onde está a resistencia do barco, porque traballa digamos que de canto».

Así empezó a realizar sus pruebas. Retiró el mástil original, instaló los dos e inició las pruebas. Era importante conseguir que la fuerza del viento en las velas fuese igualado, «que non tire de proa nin de popa porque senón anda o barco a bandazos», aclara.

Cinco intentos

Hizo cuatro prototipos que fracasaron, pero al quinto lo logró. «O truco estaba no cruzado dos cableados dos estais e dos xovenques, e cando descubrín que tiñan que ir en forma de cruz, foi cando colleu o mastro tal resistencia que foi totalmente irrompible», precisa. El doble mástil «xa fai de estabilizador».

En el Finesse no hay vela mayor. Leiro innovó en el velamen. «Todos son foques, non leva vela maior porque é moi incómoda para unha persoa soa», indica. «Cando fun estudando un pouco o deseño das velas, vin que se producían remuíños. Dinme conta de que abrindo uns ocos de saída do aire no puño de escota, non aparecían eses remuíños e o aire empuxaba con máis suavidade o barco», resalta.

Además, cambió el timón y rediseñó el sistema eléctrico para mantener el rumbo. El dispositivo anterior se averiaba con frecuencia. Inventó un sistema que permitió elevar el timón, protegiendo mejor del agua el sistema eléctrico, que modificó, y los motores. Por último, está el refuerzo de la proa, para amortiguar los golpes potenciales contra objetos en el mar o incluso placas de hielo. Y así el Finesse quedó optimizado para la navegación. Ahora solo espera que su dueño suelte amarras si algún día quiere emprender una nueva aventura.