El letrado ha conseguido que, por primera vez, la Audiencia aplique la retroactividad total de estas cláusulas
18 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El abogado pontevedrés Miguel Lorenzo Villaverde ha logrado que, por primera vez, la Audiencia Provincial aplique el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre retroactividad de las cláusulas suelo en préstamos hipotecarios. «Supone un paso adelante en la defensa de los derechos de los consumidores frente a los abusos bancarios. Es la primera sentencia que reconoce la retroactividad total, desde la fecha en que se firmó el contrato», resalta al respecto.
-¿Es algo que en su despacho llevaban años esperando?
-Sí, pero no solo nosotros. Hay muchos abogados que empezaron procedimientos judiciales, incluso, en el 2010 o el 2011. La verdad es que sí es cierto que, en un primer momento, le dieron la razón al consumidor y se asumía la retroactividad total, posteriormente distintas resoluciones de audiencias y del Supremo limitaron esa retroactividad. Mi compañero de despacho José Benito Laredo fue quien empezó todo esto con su propia hipoteca en el 2006. Ha sido un victoria moral después de diez años. En este caso, el cliente arriesgó, confió en nosotros y obtuvo su resultado. Nosotros confiábamos en Europa.
-¿Considera que la resolución del TJUE enmienda la plana a la Justicia española?
-Sí, sin más.
-Aquí se limitó la retroactividad de las cláusulas suelo argumentando que, de lo contrario, se quebrantaría gravemente el sistema económico...
-Exactamente, pero eso no es una resolución ajustada a derecho, ni mucho menos. Le hicieron, por así decirlo, un favor a los bancos, pero no resolvieron en derecho como tenían que haberlo hecho. Fue lo que realmente ha hecho Europa ahora.
-¿Qué puede ocurrir con aquellos consumidores que han acudido ya a los tribunales y han obtenido una sentencia en uno u otro sentido o que vieron que se les reconocían parte de las cantidades pagadas de más, pero no la totalidad?
-No sabemos como acabará. En algunos casos, reclamaron solicitando lo pagado desde el 2013 -fecha de la sentencia del Supremo que generó jurisprudencia- en adelante, en otros reclamaron todo... En algunos supuestos se puede considerar que se trata de cosa juzgada, en otros, no. No hay que olvidar que muchas personas, ante la imposibilidad de hacer frente a la cuota hipotecaria derivada de la crisis económica, reclamaron lo cobrado de más por los bancos y nunca hasta ahora habían tenido una resolución como la dictada por la Audiencia Provincial. Confiamos en que en un futuro se repare su situación y se tenga en cuenta que ya habían obtenido una sentencia favorable en primera instancia.
-En todo caso, y pese a los fallos del TJUE y de la Audiencia de Pontevedra, todo parece indicar que los pontevedreses tendrán que seguir acudiendo a los tribunales para ejercitar sus derechos.
-Desde luego. Se está hablando de que se puede aprobar un Real Decreto que, en un primer momento, iba a ser obligatorio para la banca, pero después parece ser que lo va a ser para el consumidor... Lo que aconsejamos es ir a la vía judicial porque creo que es la más efectiva y la que mejor va a proteger los derechos de los consumidores. En muchos, seguramente las entidades ofrecerán una indemnización, pero el cliente seguramente no va a ser capaz de calcular completamente la cantidad que le tienen que devolver.
-Casi paralelamente a esta sentencia se conocieron los primeros dictámenes que ordenan que los bancos asuman los gastos de las hipotecas.
-Lo que establece es que esos gastos tenían que correr, en todo o en parte, por el banco y no era así. En estos casos, lo primero que se debe hacer es asesorarse con un abogado especializado en consumo bancario para realizar una reclamación previa al servicio de atención al cliente de la entidad y, en caso de que rechacen la demanda, acudir a la vía judicial.
-Se habla de miles de afectados. ¿Es realmente así?
-Es imposible cuantificar cuantos afectados puede haber. No todas las hipotecas tienen cláusulas suelo, pero sí todas han tenido gastos de formalización.