«Cuando pasaba por el Principal pensaba, algún día actuaré aquí»

MARÍA CONDE PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

UNIVACK CREATIVE

La intérprete pontevedresa interviene hoy en «Da Vinci tiña razón»

03 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Nació en Ferrol, pero con apenas días aterrizó en Pontevedra. María Garat (1979) se formó como periodista y como actriz en Madrid y ha ido alternando y compaginando ambas facetas, hasta que el pasado año recibió la llamada de Quico Cadaval para entrar a formar parte del elenco de la comedia Da Vinci tiña razón. Una «gamberrada», como ella dice, que le permite esta noche actuar por fin en un escenario de su ciudad. Será a las 21 horas en el Principal.

-¿Impone el estreno en casa?

-Da respeto. Tengo muchas ganas y unos nervios especiales. Para mí, esta es mi casa. Cuando era adolescente y ya sabía que quería hacer teatro, pasaba por delante del Principal y pensaba, «algún día voy a actuar aquí». Y el hecho de poder venir a Pontevedra, y más al Principal, para mí es fantástico. Ahora estoy cumpliendo un sueño.

-En Galicia esta es su segunda producción, después del «Master Class Cabaré» con Femme Fatale. ¿Entrar ahora con Quico Cadaval y Mofa e Befa es hacerlo por la puerta grande?

-Sí. Cuando acabé mi formación en Madrid estuve allí nueve años y trabajé con directores como José Luis Sáiz. Tenía un buen bagaje pero la vida allí es agotadora para una actriz que trata de arrancar y con morriña... Regresé a Galicia y por un tiempo estuve compaginando el trabajo como reportera con el de actriz, con Femme Fatale, la compañía de cabaré de Nelson Quinteiro. Y cuando finalicé empecé a tocar todos los palos, teatral y periodístico, y lo que vino a mí fue Quico Cadaval. Cuando hace unos meses me llamó ofreciéndome este papel, fue increíble. A nivel Galicia no se me ocurre un deseo como actriz más ambicioso que trabajar con él, con Evaristo Calvo o Víctor Mosqueira.

-Ha definido la obra como una «gamberrada».

-Es una supergamberrada. Sucede en una casa de campo en la que los anfitriones son el comisario y su mujer, que reciben a un subordinado y a su mujer, que soy yo. Son personajes rayando el cómic. La pija es muy pija, el malo muy malo... Mi personaje tiene muchos aires y aparenta todo lo que puede. Cuando empiezan a ocurrir cosas inesperadas, los personajes que tienen toda esta tontería sufren un montón. Es una especie de espejo en el que queremos mostrar lo ridículo que es.

-Abrirse paso en tiempos de crisis en el teatro ya es complicado. ¿Más desde Pontevedra?

-Es costoso, claro que sí, pero no solo en Galicia. Y con el tema de la crisis evidentemente cada vez es más complicado. Este es un trabajo muy sacrificado, que requiere disciplina y con la inseguridad de no saber qué va a ser de tu vida en tres o cuatro meses. Con la crisis está más difícil, porque los recortes van a cosas que se consideran superfluas como el ocio. Y es una equivocación. Si recortas en teatro o en cultura en Galicia estás recortando identidad. En mi caso, voy abriéndome paso. El teatro me ha dado el saber sobrevivir y potenciar hasta el último de los matices. A la vez que actúo estoy trabajando con una productora audiovisual a nivel de contenidos.

MARÍA GARAT ACTRIZ