Así funciona el compostaje

Lars Christian Casares Berg
Christian Casares PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

El ciclo de la basura cambia todo ya desde el cubo en cada vivienda

07 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Más barato que el tratamiento actual de la basura, pero con la necesidad de un cambio profundo en los hábitos de los ciudadanos. Son las claves del modelo de compostaje que defiende el Concello de Pontevedra como alternativa al envío de residuos que ahora se hace a la planta de Sogama. ¿Pero qué es y cómo funciona el compostaje?

¿En qué cambia con respecto al procesado actual de la basura?

Cambia desde cómo hay que separar la basura hasta en qué acaba convirtiéndose. Se trata de reciclar más allá del papel, cartón, vidrio, plásticos y latas. En el compostaje se emplean los residuos orgánicos -principalemente restos de la cocina, en hogares urbanos, y residuos derivados de podas en jardines públicos y privados-. Tras el tratamiento, acaban convirtiéndose en abonos.

¿Cómo se recogen los restos orgánicos?

Sería necesario instalar nuevos contenedores en la calle para depositar estos residuos orgánicos, que previamente deben ser separados en casa. Todos los informes que maneja el Ayuntamiento de Pontevedra insisten en lo mismo: sin separación en origen, en los domicilios, el sistema no funciona. En áreas rurales también se pueden instalar contenedores individuales en los que iniciar el proceso de compostaje. «O proceso de compostaxe é incapaz de eleminar outros inadecuados e a única solución posible é evitar que nos entren coas materias primas residuias que imos tratar», recalca un informe externo encargado por el Concello.

¿En dónde se depositan tras su recogida?

Es una parte básica del ahorro. Cuanto más cerca, más barato. Será necesario crear una planta cercana a dónde se originan los residuos. Esto es, en Pontevedra o sus inmediaciones, con la finalidad de ahorrar costes en el transporte. El traslado de los residuos hasta Sogama supone actualmente un destacable porcentaje sobre el coste final.

¿Cómo es el tratamiento hasta obtener finalmente el abono?

El principio es el mismo, aunque las instalaciones pueden variar. Una vez que se ha controlado que los residuos son solo orgánicos estos se someten a un proceso de putrefacción acelerada. Es necesario mezclar los desperdicios que llegan de los hogares con otros elementos, como el resultado de triturar restos de podas urbanas, césped de los jardines municipales y privados y otro tipo de residuos vegetales. El compostaje ofrece además la posibilidad de incorporar una serie de residuos de muy difícil tratamiento: los lodos resultantes de la depuración de aguas residuales que se generan en la ciudad.

¿Qué tipo de plantas está estudiando el Ayuntamiento?

Aunque el compostaje se puede hacer a cielo abierto, la generación de olores lo desaconseja en zonas densamente pobladas, como las Rías Baixas. En su lugar, Pontevedra estudia dos modelos: con tecnología de túneles o mediante el tapado con lonas. En ambos casos se trata de fórmulas que controlan la emisión de olores. Los túneles son recintos de hormigón prefabricado, de entre tres y ocho metros, tanto de alto como de ancho, y una longitud de entre diez y cuarenta metros, que se cargan por una entrada. En su interior, diversos sensores miden la temperatura y evolución de la descomposición para poder controlarla.

¿Qué se hace con el compost una vez finalizado el proceso?

Tiene salida comercial. Los estudios encargados por el Concello de Pontevedra calculan en 105.000 euros al año los ingresos que puede reportar una vez comercializado. La reutilización de otros residuos en la planta reportaría 16.000 euros, en el caso del papel y el cartón, y de 336.000 en el caso de envases ligeros, previamente separados del compost. Los ingresos anuales totales son 457.000 euros.