Cuando la feria de ganado y después el mercadillo ambulante abandonaron la plaza de Barcelos, el Concello empezó a proyectar la construcción del aparcamiento subterráneo y la reforma de este espacio público. Y los herederos los herederos de Manuel Vidal Boullosa, antiguo propietario de los terrenos, reclamaron entonces su reversión en los tribunales. Este pleito se saldó a favor del Ayuntamiento en 1995 con una sentencia del Tribunal Supremo que reconoció la titularidad municipal de la plaza de Barcelos. La sala primera de lo civil del alto tribunal, desestimó el recurso de casación formulado por Lois Estévez, Vidal Boullosa y Pérez Vidal, que pretendían que se declarase como de su propiedad los terrenos de la antigua feria de ganados. Los demandantes argumentaron que su bisabuelo contrató con el Concello exclusivamente la cesión de uso de los terrenos donde se emplazaría la feria de ganados, cesión que a su juicio quedaría sin efecto al incumplir la Administración tal uso pactado. Por su parte, el letrado del Ayuntamiento, Carlos Pottel Lesquereux, argumentó que entre Vidal Boullosa y la corporación municipal medió un contrato mixto que tenía por objeto la adquisición de dominio o propiedad de los terrenos y la ejecución de las obras necesarias para adecuarlos a su destino de feria de ganado, con lo cual no existía ninguna obligación devolverlos a los herederos. El Supremo ratificó anteriores sentencias de la Audiencia de Pontevedra y el Juzgado número 3 a favor de la tesis municipal, concluyendo que hubo voluntad de transmitir y adquirir por parte del primer propietario de los terrenos y del Concello, y descartando la reversión.