Acondicionar el bajo cedido al Concello de Caldas como albergue provisional de peregrinos durante este año santo costará menos de lo que el Xacobeo invirtió en el año 2004 en la casa parroquial de Santo Tomás. Así se desprende de la memoria valorada de las obras elaborada por el arquitecto municipal, Martín Cerreda, que ayer fue enviada a la Xunta en busca de financiación para poder abrirlo en Semana Santa.
Los trabajos de acondicionamiento del local, ubicado en el número 1 de la calle Campo da Torre y cedido sin cargas al Ayuntamiento por Jesús Fariña, tienen un coste de 75.629 euros. En habilitar un albergue en la casa parroquial el Xacobeo había invertido 80.000 euros.
Antes de entrar en las obras necesarias, el técnico subraya que la situación del local es «inmellorable», ya que se encuentra en la propia traza del Camino de Santiago y en el casco histórico de la localidad, «estando en relación directa coa ponte romana pola que pasa o Camiño Xacobeo». La actuación prevista incide en la mejora de varios aspectos: funcionalidad, instalaciones, equipamientos y acabados, y urbanización del entorno inmediato del albergue.
El objetivo es que el bajo tenga una distribución adecuada para que los peregrinos pueden recibir información a su llegada, dejar sus pertenencias en un local destinado al almacenamiento, asearse, preparar algo de comer y dormir. Para ello es necesario hacer una nueva compartimentación del espacio, ya que en la actualidad el bajo es diáfano, apunta Cerreda. Se plantea una tabiquería ligera de cartón-yeso con lana de roca en su interior para un buen aislamiento acústico entre las distintas estancias. El técnico señala que este sistema constructivo permitirá «unha rápida execución, moi necesaria xa que a chegada dos peregrinos é inminente».
El local necesita una ampliación de las instalaciones de los vestuarios con duchas y lavamanos, al ser insuficientes los existentes para el uso pretendido. También se propone la mejora de la iluminación y de la instalación eléctrica para poder colocar convectores eléctricos, «e así preparar o local para os días fríos que veñan».
El bajo necesita mobiliario para la zona de recepción, las zonas de descanso, las de almacenamiento personal, la zona de cocinar y los vestuarios. Se sugiere la instalación de un mostrador, literas, taquillas, bancos y una pequeña cocina. Los acabados se mejorarán con el pulido del solado del terrazo existente y el pintado de las paredes perimetrales y las nuevas compartimentaciones.
La memoria valorada alude también a la mejora de la urbanización exterior. La luz exterior es deficitaria, por lo que se apuesta por nuevas luminarias que se adecúen al entorno y respeten el valor patrimonial de esta zona de Caldas. También se plantea la reposición de los pavimentos del entorno inmediato al acceso del albergue, que ahora se encuentran en mal estado.