Pontevedra recibió ayer la visita del Expotren, una iniciativa destinada a dar a conocer la realidad de la Comunidad catalana y su condición de tierra de acogida
02 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.Tren informativo Seguro que cada vez que piensan en los catalanes les viene a la mente -entre muchos otros- el tópico de la avaricia. «Los catalanes no somos míseros -dice Miquel Bauçá en su libro El canvi-, somos ahorradores metafísicos o metafísicamente ahorradores, que es distinto a ser tacaños». Citas como la del autor, que buscan romper de una vez con estos estereotipos y mostrar la realidad del pueblo catalán «tal y como es» , se recogen en la exposición Cataluña, tierra de acogida, que viaja por España en tren y que ayer recaló en la estación de Renfe. «Queremos -señaló Silvia González, una de las coordinadoras- ofrecer al conjunto de la sociedad española cómo es la Cataluña actual, que nos conozcan tal y como somos, esto es, ni mejores ni peores». Inmigración, identidad y progreso Son los tres ejes sobre los que gira la muestra. Los cubiertos de una mesa representan a una familia catalana en la que parte de sus miembros proceden de otras zonas. Y es que, como dice el lema, Cataluña es tierra de acogida... «e integración», matiza Jaume Torner, coordinador. Hay que recordar que 85.000 gallegos viven en la comunidad, la mayoría de Lugo y Ourense. Otros apartados muestran los productos típicos -no falta el Cola Cao-, la importancia de la lengua, la destacada oferta sanitaria y educativa, los inventos creados en Cataluña y, cómo no, los símbolos con los que el resto del país la identifica. Para Mohamed Abulah Jamal, estudiante de 12 años, es el F. C. Barcelona, pero están casi todos los que son: Serrat, Montserrat Caballé, Gaudí y la Sagrada Familia, los Estopa o la clásica barratina (sombrero). Para terminar, la guinda: un viaje virtual acomodados en una alfombra voladora para ver Cataluña desde el aire.