Un Chevrolet del 68 sin tasas

CARMEN G. DE BURGOS Corresponsal BARRO.

PONTEVEDRA

El dueño de varios coches históricos pide al Concello de Barro una bonificación en el impuesto de vehículos José Sabarís Abal, vecino de Barro, consiguió hace un par de años que darse una vuelta en su Chevrolet del 68 no le costara más que los veinte litros de gasolina que tiene que echar al depósito cada vez que recorre cien kilómetros, que no es poco. Este amante de los coches pidió entonces al Concello y a Tráfico que le eximieran de abonar el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), medida que ahora propone que se aplique a todos los turismos que superen los 25 «abriles» de antigüedad. A pesar del coste que supone el manteniemiento de estos coches, José Sabarís sustenta con gusto sus tres «caprichos».

07 mar 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

«Teóricamente, un coche de más de 25 años ya se considera histórico, pero la realidad es diferente: hasta que no alcanzan los 35 o 40 años no empiezan a cobrar valor», explica José Sabarís, amante de los coches antiguos que ha propuesto al Concello de Barro que se bonifique a este tipo de automóviles en el IVTM. En el municipio existen actualmente una decena de vehículos de estas características, según el alcalde, José Antonio Landín. La principal joya material que dice poseer José Sabarís Abal es su Chevrolet granate oscuro del 68. Y no es de extrañar, teniendo en cuenta que el coche, además de llevar diez años con su tercer dueño, se convirtió en compañero de viaje de este vecino de Barro. Alcalde uruguayo José recuerda orgulloso que su «niño mimado» perteneció en «primera mano» a un antiguo alcalde del municipio uruguayo de Punta del Este. Y desde allí se lo trajo, tras verlo aparcado en la calle con un cartel que señalaba su venta. Los veinte litros cada cien kilómetros que consume su Chevrolet del 68 no suponen un sacrificio para su dueño que, además de este coche, también posee un Seat 1.500 de 1966 -que en sus «años mozos» revestía los distintivos de los taxis madrileños- y un Mercedes 3.0 del 68 que tuvo que rescatar prácticamente de la chatarra. Cadillac rojo «Consumen muchísimo, y cuesta un ojo de la cara mantenerlos», admite José Sabarís que, aún así, reconoce que prefiere darse una vuelta en su Chevi antes que escuchar el nuevo disco de su autor favorito, Luis Miguel. Y es que, a pesar de que declararse un apasionado de la música melódica, el ruido del motor de su «belleza uruguaya» puede más que una canción del artista mejicano. Su asignatura pendiente, dice, es un Cadillac del 68 descapotable rosa o rojo con el tapizado blanco, o viceversa. Este vehículo no es difícil de conseguir, apunta, y tampoco demasiado caro -1,5 millones de pesetas, frente a los cinco en los que está valorado el Chevrolet-. Tanto el Mercedes como el Seat 1.500, por su parte, tienen un precio mucho más asequible: entre 800 (4.808,10 euros) y 850.000 pesetas (5.108,60 euros).