Ribadavia recuperó su máquina del tiempo para regresar al medievo

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

RIBADAVIA

La capital de O Ribeiro volvió a disfrutar de su Festa da Istoria con el formato completo

27 ago 2022 . Actualizado a las 23:19 h.

Como cada último sábado del mes de agosto, se obró la magia y Ribadavia retrocedió hacia el medievo. La Festa da Istoria regresó como si nunca se hubiera ido. Como si estos dos últimos años no hubieran existido (en 2020 se canceló y en el 2021 hubo un formato reducido de exhibición). Los vecinos de la capital de O Ribeiro se levantaron con ganas de vivir plenamente su viaje al pasado. Porque esta cita con la Istoria (sin hache) la sienten especialmente suya. Quizá porque nació de la propia ciudadanía y es el pueblo el que sigue manteniéndola viva, implicándose al máximo para que la localidad renazca cada verano con sus fachadas engalanadas con pendones, banderolas y blasones, y sus calles transitadas por nobles y comerciantes, artesanos y criados, mendigos y soldados, cristianos viejos y judíos. Todos trajinando juntos por las estrechas y empedradas calles de la villa de los Sarmiento. Personajes que, metidos bajo la piel de los ribadavienses actuales, volvieron a desfilar por la calle principal para asombro de los visitantes —muchos también vestidos para la época—, antes de pasar a rendir pleitesía al Rey García y su esposa, la reina Leonor, invitados de los condes de Ribadavia. El palco levantado para acoger a tan ilustre comitiva volvió este año a su ubicación original, en la plaza Maior, en lugar de situarse frente al castillo de los Sarmiento, como venía ocurriendo en las últimas ediciones antes de la pandemia.

No fue el único cambio. En esta 33 edición no hubo nombramientos de notables que recibieran la medalla oficial, aunque esto no restó emoción al arranque de la celebración.

De ello se encargó el pregonero oficial. Hace años que la coordinadora ciudadana que se ocupa de la dirección organizativa del festejo decidió que, en lugar de buscar fuera a nombres famosos para esa labor, había llegado el momento de reconocer el esfuerzo de todos aquellos vecinos que de forma individual o grupal, han trabajado por la fiesta desde su creación. Este año ese reconocimiento cayó en el grupo Gastrafetes, que desde hace más de una década trabaja en el interior del castillo para convertirlo en un verdadero poblado medieval en el que todo está cuidado al milímetro; desde la música a las recreaciones teatrales, para hacer más real aún ese salto en el tiempo.

Los hermanos Fernández Fidalgo fueron impulsores de ese grupo y uno de ellos, Simón, tomó la palabra este sábado para, con un discurso espontáneo y lleno de positivismo, animar a disfrutar de la cita especialmente a los propios vecinos, a quienes agradeció su esfuerzo por hacer grande la fiesta. Vecinos que no pudieron más que estallar en un aplauso emocionado cuando Simón recordó a su hermano, fallecido recientemente en un accidente, comentando que sentía que estaba junto a ellos. A partir de ahí, los bailes, la esgrima, la boda judía, el ajedrez viviente, la cetrería y un sinfín de actividades más lograron el disfrute de naturales y foráneos en la villa ribadaviense.