Jon Etterbeek, trombonista: «Uno siente orgullo de ver la progresión de los alumnos»
CELANOVA
El músico estadounidense recomienda al público del Hércules Brass que vaya al festival a disfrutar sin ideas preconcebidas
30 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Jon Etterbeek (Califonia, 1970) es ya un clásico en el festival Hércules Brass de Celanova. Ha participado en esta cita musical desde que se puso en marcha en el año 2014. De hecho, tan solo estuvo ausente de la programación del 2019. En esta octava edición, que convertirá a Celanova en polo de atracción para los amantes de la música de instrumentos de viento metal entre el 1 y el 5 de agosto, este estadounidense volverá a formar parte del elenco de catorce profesores que ofrecerán clases a cerca de los cien alumnos inscritos.
—¿Cómo valora la evolución de este festival desde aquél primer año de su participación?
—Al principio estábamos muy expectantes. Realmente no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar ni el interés que podía levantar en la gente. No preveíamos cuál sería la respuesta ni del público ni de los alumnos. Ahora creo que hemos establecido un estilo propio tanto en el método de enseñanza como en los conciertos. Creo que es para estar contentos y si seguimos dedicándole la misma implicación, seguirá creciendo.
—¿Tiene alumnos que le acompañan desde aquél 2014?
—Sí. Y uno siente orgullo de ver la progresión de los alumnos e incluso que algunos han llegado ya al nivel profesional. Aunque para nosotros todos son igualmente importantes, desde los de grado elemental, al medio o al superior. Esto está abierto a todas las edades y a todos los niveles y nosotros estamos ahí para ayudar, para aportar a los que ya están convencidos de que quieren tocar ese instrumento concreto, pero nos sentimos igualmente orgullosos y tenemos la misma satisfacción de ver los avances de los que van a tocar en un plano de aficionados, no como profesionales.
—¿Cree que el trombón sigue siendo poco conocido para los niños que se inician en la música?
—Puede que no sea tan elegido como puedan ser el violín, el clarinete o la flauta, pero yo creo que, a nivel profesional, hay suficientes trombonistas. Mi impresión es que en este sector las profesiones se van autorregulando.
—Además de las clases, el festival ofrece conciertos. ¿A qué tipo de público se orientan?
—Es cierto que la mayoría de la gente que viene al festival es un público que ya sabe cuál es el tipo de música que va a escuchar. Es como quien va a un festival de música celta o de rock, aunque pueda haber distintos estilos y tendencias dentro del mismo concierto. Pero esto no quiere decir, en absoluto que haya que ser un entendido, ni un experto en este tipo de música para disfrutarlo. A quien venga por primera vez yo le recomendaría que acuda sin ideas preconcebidas porque seguro que se va a sorprender y lo pasará bien.
Un descubrimiento a los nueve años del que no se arrepiente
Jon Etterbeek cuenta que su primera inclinación era tocar la trompeta, como su hermano, pero su madre no le dejó. Un concierto al que acudió en su colegio, cuando tenía 9 años, le hizo descubrir el trombón. Ya nunca se separó de un instrumento que ha sido su compañero durante más de cuatro décadas. Su trayectoria profesional le ha llevado a participar en festivales internacionales en diversos puntos de mundo: Tanglewood, Schleswig Holstein o el Pacific Music Festival de Japón son solo algunos de los muchos escenarios por los que ha pasado recibiendo el aplauso de público y crítica. Ha tenido la oportunidad de trabajar bajo la batuta de directores de renombre internacional como Leonard Bernstein, Seiji Ozawa, Loren Maazel y Mstislav Rostropóvich. Ejerció durante varios años como profesor de trombón en la Escuela Superior de Música de Oporto y ha colaborado con orquestas como la Real Filarmonía de Galicia o las sinfónicas de Bilbao, Castilla y León y Navarra. Etterbeeek es miembro del quinteto de metales Coruña Brass y desde 1994 es trombón principal de la Orquesta Sinfónica de Galicia.