Nueva condena al falso dentista de Ourense por engañar a una mujer con la que mantenía una relación con falsos tratamientos y «prometedores negocios»
OURENSE

Al sospechoso, al que hace unos meses ya impusieron otra condena por un hecho similar, le imponen dos años de cárcel
10 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«Me creí todo lo que me dijo, nunca desconfié, y aún lo estoy pagando». Así habló en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal dos de Ourense, una mujer que hace tres años denunció haber sido víctima de una estafa que le costó cara. Un hombre al que conoció en un bar de la capital y con el que mantuvo una relación le hizo creer que era socio de una clínica dental y le ofreció ayudas para tratamientos. Ella pensó que todo era verdad y le entregó el dinero que le pedía como adelanto, pero en los meses posteriores el delincuente siguió tejiendo una tela de araña que provocó que la mujer pidiera un préstamo para poder hacer frente a los pagos necesarios para acceder a «prometedores negocios» que nunca se sustanciaron.
La justicia le ha dado la razón a ella. La magistrada encargada de ver el caso ha condenado a Francisco Antonio I. P. por un delito continuado de estafa, imponiéndole una pena de dos años de prisión y la obligación de devolver el dinero tanto a la perjudicada como a su hermana, a la que también logró arrancar algunas cantidades con sus tretas. A este mismo acusado ya lo sentenció hace unos meses el tribunal de la Audiencia Provincial por otro caso similar en el que las víctimas perdieron 42.000 euros.
En la que se conoce ahora quedan probados unos hechos que se remontan a finales del año 2020. La perjudicada acudía con frecuencia a un bar situado en la calle Juan XXIII, donde coincidía con el acusado, con el que empezó a entablar una amistad que tras unos meses se convirtió en una relación. Él se presentó desde el primer momento como dentista y le hizo creer que era socio de una clínica dental que estaba en esa misma calle, y la mujer no desconfió cuando le explicó que por su trabajo podría acceder a subvenciones para tratamientos bucodentales. Para conseguirlos, la víctima tenía que entregar un adelanto. Creyendo que tanto ella como su hija y su yerno podrían arreglarse la boca gastando menos dinero le entregó 3.490 euros al acusado.
Este, según queda probado, incorporó esa suma a su patrimonio, pero quiso ir a por más y en las semanas posteriores, volvió a engañar a su pareja. Le dijo que podrían abrir una cafetería en la plaza de Paz Nóvoa, le ofreció hacerse con bonos del Estado e incluso puso sobre la mesa la opción de comprar un local embargado para abrir su propia clínica. Ella, convencida del éxito de esos planes, le entregó 30.535 euros, parte de los cuales procedían de un préstamo al consumo que, según dijo en el juicio, sigue pagando a día de hoy.
«La declaración de la denunciante resulta persistente y verosímil», dice la sentencia, en la que se considera que los documentos aportados por la víctima, como los justificantes de los extractos bancarios que acreditan que fue sacando dinero, el contrato del préstamo y documentos que le entregó el sospechoso, y firmados por él, y cuya autenticidad nunca fue cuestionada.
Sin atenuantes
«Las declaraciones de las perjudicadas, adornadas por el expuesto conjunto corroborado, constituyen prueba suficiente para enervar el principio de presunción de inocencia que asiste al acusado», dice la sentencia. La magistrada considera acreditado que en la conducta del investigado están presentes todos los elementos de engaño y simulación necesarios para condenarlo por un delito de estafa continuada en la que no se aplica ninguna de las atenuantes que puso sobre la mesa la defensa, como la ludopatía de su cliente y su adicción al alcohol. Esta resolución ha sido recurrida por la defensa.