El termalismo es un bluf

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón A LA CAÍDA

OURENSE

24 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas entidades han sido más cuestionadas en Ourense a lo largo de los años que el Inorde (Instituto Ourensán de Desenvolvemento Económico). Sin embargo, la designación de Emma González como gerente ha marcado un antes y un después en su actividad y funcionamiento. Un buen ejemplo de ello es la campaña promocional que se ha puesto en marcha en Madrid para aprovechar el impulso que debe suponer la llegada del AVE en la atracción de turistas. En pantallas situadas en puntos estratégicos de la capital se proyecta un vídeo en el que se muestran algunos de los recursos turísticos de mayor interés en Ourense y que tiene el buen criterio de no incluir uno de los más singulares y diferenciales, las termas públicas de la ribera del Miño. Salen el casco viejo, el puente romano, la Ribeira Sacra, nuestros monasterios, la estación de montaña de Manzaneda e incluso un balneario de la provincia, pero ni rastro de las pozas.

Papá Noel trajo el AVE cuatro días antes de Navidad, pero con casi treinta años de retraso y ni así la ciudad ha llegado a tiempo para aprovechar esta oportunidad. Si el anuncio del Inorde mostrase las termas, sería publicidad engañosa porque están cerradas. El Concello de Ourense ha sido por ahora incapaz de adaptarse a la ley autonómica que regula este tipo de espacios, aprobada en el año 2019. Y eso que el alcalde dijo el pasado mes de octubre que bajaría «a la arena» para resolverlo él mismo. El caso es que las pozas siguen sin ni siquiera una fecha para su reapertura. Así claro que el termalismo es un bluf.