Sobre la guía Michelin y el orgullo de vivir en una provincia plagada de arte y saber hacer culinario
16 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Este martes Michelin anunció los nuevos locales distinguidos en la guía del 2022. Lo viví llena de nervios. Primero porque profesionalmente se traducen en adelantarme a todo lo que vaya a ocurrir en una gala que tiene lugar por la noche. Segundo porque amo la gastronomía de Ourense y a las personas que le dan vida desde sus restaurantes, que están salpicados por toda la provincia. Tercero porque quiero, por supuesto, estar a la altura de la emoción que supone recibir una distinción así y eso significa ponerle mucho cariño a todo. Detrás de las mejores ideas hay personas. Siempre. Y yo las celebro de corazón. Por eso me encanta tener que llamar a Julio y a Dani para que por milésima vez me expliquen qué se siente desde el Nova. Me ilusiona seguir todo lo que no se ve de la gala, de la mano de Miguel González, con muuuchas fotos incluidas. Me enorgullece que espacios tan increíbles como Sábrego y Ceibe alcancen su hueco en la guía más exigente. Sobre todo porque conozco el compromiso con el que trabaja Marco Varela y la implicación que le ponen Xosé Magalhaes y Lydia del Olmo. Pero tengo que deciros algo. Y es que la gastronomía es una forma de arte que tiene como fin último conmover —y remover—. Y está bien que nos gusten muchos sitios y muchas cosas. Por eso a mí me da igual todos los platos que pasen por delante, siempre escogería el cocido de mi abuela. Como ya no está, lo disfruto mucho en O Lar da Sabela. Me muero por los huevos escondidos de A Palleira y cada vez tengo más claro que Lagarza nunca falla. No tienen estrella, pero brillan con luz propia. Combinan de maravilla con nuestros Michelin. Y tienen en común que todos alimentan con felicidad. Qué hambre, ¿no? ¡Felicidades!