Decisiones

Pablo Varela Varela
Pablo Varela EL APAGÓN

OURENSE

29 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Parece que fue ayer, pero ya ha pasado más de un año desde el inicio de la pandemia. Entre las idas y venidas por las restricciones, o el efecto gaseosa que supuso constatar que, efectivamente, no se sale de un confinamiento como mejor persona por interiorizar frases de Mr. Wonderful, también se coló la pasión por la montaña como antídoto a ratos contra los encierros.

Por ahora, el interés no parece haberse desinflado y ahí también se intuye un futuro debate. ¿Estamos preparados para preservar entornos vírgenes sin caer en la masificación? Está por ver, y guías expertos de la provincia de Ourense vislumbran que si antes ya había mucho por hacer, ahora tocará afrontar un esfuerzo doble. No se trata únicamente de la señalización de senderos, sino también de la pedagogía -con niños, y no tan niños-.

Siendo apenas un crío, devorando un cómic de Tintín, me entró por el ojo el Everest. En la inocencia de tu infancia basta con pensar que ascender ochomiles es solo una cuestión de valentía, de testosterona, en ese discurso tan arcaico como vigente en muchos ámbitos de la vida. El tiempo y la experiencia suelen completar la ecuación, porque coraje y humildad van de la mano. Coraje para avanzar, humildad para saber cuándo hacerlo.

Días atrás, hablando sobre esta cuestión con un alpinista ourensano que viajó a Asia Central, resumía la cuestión con la sencillez necesaria: «Normalmente, cuando tomo la decisión de bajar de una montaña aunque no llegase arriba, lo hago y ya está. Puede que en ese momento esté cometiendo un error y eso me llegue a fastidiar, pero no me pongo a dudar. Porque esa decisión, aciertes o no, te vas con ella».