Área de descompresión

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OURENSE

Santi M. Amil

El universo emocional de Seo en el centro cultural Marcos Valcárcel

11 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Solo el artista en el sentido antropológico del término es capaz de rehacer el conjunto del organismo social». Beuys.

Seo presenta la exposición Reunión en el centro Marcos Valcárcel. Atravesando el espacio-camino ritual de la calle a la exposición, el artista prepara al espectador para el tránsito hacia su universo plástico, al interior de su mundo. Para ello, ha de atravesar una zona de descompresión, liberarse del peso atávico de lo cotidiano en un espacio hierofánico, pronaos pertinente, vestíbulo como filtro sensorial y emocional, realizando una aproximación al espacio que proyectó Luis Barragán. Una portería como zona de descompresión, antesala de la intimidad. De esta manera y en este lugar sitúa el arranque de la exposición con una reflexión sobre el origen de las manifestaciones artísticas desde el primitivismo a través de la máscara al ingenuismo propio del dibujo infantil en los colajes que añade Seo, realizados por su hija Arián. Primitivismo e ingenuismo como tropo lingüístico.

La colección que presenta está formada por cuadros de gran formato donde las ideas plásticas son encajadas de manera intuitiva, entendiendo cada obra como parte de un sistema evolutivo que la redefine, al ser trasladada al soporte plástico con rasgos expresionistas que se mantienen a lo largo de su trayectoria y desde sus inicios como pintor, al naturalismo que domina actualmente sus obras de pincelada meditada y lenta, menos impulsiva pero de igual manera emocionante.

Recicla lenguajes del pasado, instrumentalizando los símbolos anulados de su contexto, alterados y revisados que incorpora a través de un manierismo propio, ecléctico y personal y un lenguaje postmoderno que mezcla códigos y formas de representar de manera alegórica sus afectos, emociones, deseo y pensamientos, manipulando técnicas tradicionales como el óleo a través de la vibración de la luz y el color y una figuración antidogmática con referencias a los clásicos en los que une a Tintoretto con Velázquez en O amor que conforta, a Giorgio de Chirico y la Abstracción de los 50, Goya en La ilustración femenina, introduciendo la filosofía kantiana para redefinir un arte sin género definido, Dalí en O Namorado; Manet; Rodin y Klimt, en A rocha dos amantes, estableciendo en estos paisajes, personajes y mitos un vínculo entre su entorno íntimo y su permanencia en el universo onírico. La metáfora del espacio interno con la ingravidez como representación emotiva en Soñadores y El beso.

Sorprende la perspectiva de Pobre muller, una crucifixión atípica en la que sitúa al espectador en el ojo entreabierto de un Cristo moribundo.

Una alegoría a la imaginación constituye la espléndida composición Puerta a Marte. Catálogo de mitos de la cultura postmoderna, donde un sofisticado David Bowie descentra la obra escrutando al espectador con la mirada turbadora del ojo oculto por el parche, imagen apropiada de una revista de 1974 que Seo traslada e incorpora, haciéndolo protagonista e identificando en el enano que a su derecha se sitúa como representación de la creación pura y en el Pinocho que sostiene sobre su regazo, la naturaleza creativa que, como explica el autor citando a Nietzsche: «El arte miente seduciendo existir de (El nacimiento de la tragedia desde el espíritu de la música)». Sobre la mesa, una abierta partida de ajedrez, una botella cuya etiqueta remite a una obra de Rothko e insiste en la idea de que un cuadro siempre implica una partida con el espectador. Angie Barnett, primera esposa de Bowie, proyecta en el espejo su imagen rodeada por un grupo de circenses arlequines ante la mirada ausente de la replicante de Blade Runner, enfrente Pedro Almodóvar y Fabio McNamara hacen gala del orgullo local como iconos de la movida madrileña de los 70-80 y se asoma multicolor Manolo Muñeco, creación del artista Jorge Varela. Se aproximan, desde atrás C-3PO y R2D2 de Star Wars. Mientras Nuréyev representa la levedad en la ingravidez de su salto sobre un tigre y al fondo el astronauta conecta otros mundos a los que Bowie aludía en Space Oddity y Blackstar.

Retrato grupal

Reunión, retrato grupal que da nombre a la exposición, reproduce una comida en Tamallancos, obra en la que se reconoce a los artistas: Sula Repani, Antonio Soria, Karballo, Jorge Varela, Manolo Figueiras, Jesús Costa, la mujer del pintor, Lorena, Seo y su hija Arián además de otras presencias ficticias. Una Arcadia feliz en la que sitúa a los personajes de Le Déjeuner sur l´Herbe de Manet. Introduce en esta reunión a su amigo Arturo Rúa que en póstumo homenaje parece recordar a Casagemas.