La solidaridad en las Carmelitas es intergeneracional

Pablo Varela Varela
pablo varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

Los alumnos de sexto de Primaria del colegio ourensano apadrinan a los más pequeños para animar sus hábitos de lectura

05 dic 2019 . Actualizado a las 15:21 h.

En el colegio de las Carmelitas, el pasaporte de ciudadano no lleva sellos, sino tareas. Un total de 150 alumnos participan en un proyecto de actividades enfocadas al cuidado del medio ambiente, el fomento del reciclaje y la igualdad entre personas.

Este miércoles, en la jornada previa al Día Internacional del Voluntariado, varios de los participantes hacían balance de su trayectoria tras recibir la felicitación de la Consellería de Política Social y la directora xeral de Xuventude, Cristina Pichel.

Sentada en un pupitre, y con una lista de las acciones del Pasaporte Solidario en sus manos, Noa Souto, de once años, enumera algunas de ellas. Llevan desde inicios de curso incentivando la reutilización de materiales en sus casas, así como la distribución correcta de residuos. «Pero también estamos trayendo alimentos de primera necesidad como pasta, leche o legumbres», cuenta. Lo hacen de forma voluntaria para ayudar a familias más necesitadas.

Vega Limia, de la misma edad, cuenta que tiempo atrás realizaron un vídeo para reivindicar la equiparación de hombres y mujeres en todos los deportes. «Y ganaron un concurso de Manos Unidas en Madrid», agrega la profesora que coordina el proyecto, Laura Valcárcel.

Martín Febrero también puso el acento en las personas. Durante estos meses del inicio de curso, ha aprendido que «hay gente que se marcha a otros países para tener una buena vida, pero no los tratamos bien».

Aún se percibe la inocencia en sus respuestas, pero ya han recibido algún cometido de responsabilidad: durante este año académico apadrinarán a niños en edad de Infantil para animarles en sus hábitos de lectura. Diego Prado todavía está buscando un discípulo, pero planea hacerlo a corto plazo.

Mientras, Noa, que sostiene un libro de Agustín Fernández Paz, A lúa do Senegal, indica que también ayudan en la biblioteca a recoger los libros. Y a ella, en cierta manera, se le intuye un futuro próximo a ellos. Quién sabe si escribiendo uno.