El humo del incendio de un cuadro eléctrico generó alarma en un edificio del centro

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La incertidumbre obre el origen del fuego obligó a desalojar un súper hasta que los bomberos remataron su intervención

31 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Fueron minutos de tensión los que se vivieron ayer en el número 23 de la avenida de Buenos Aires. La presencia de un denso y creciente humo de origen desconocido, que se había colado desde el primer sótano hasta el supermercado que está instalado en la planta baja, dio lugar a la primera altera a los bomberos a las 13.55 horas. Una vez localizado el foco de origen, la actividad de los profesionales de los servicios de extinción de incendios se centró en ventilar el espacio, con el fin de que los vecinos del inmueble pudieran moverse sin dificultad y el supermercado, de la cadena Froiz, estuviera en condiciones de reanudar su actividad ordinaria. El potente ventilador que utilizan los bomberos para estos sucesos permitió despejar el espacio, de tal modo que a las 16.10 se retiraron los dos equipos desplazados hasta el lugar para atender una alarma que se presentó inicialmente con tintes dramáticos.

La sospecha de que se hubiera desplomado un ascensor con usuarios en el interior, bien por un fallo diferente o consecuencia del fuego, cargó de tensión el corto espacio de tiempo transcurrido entre la salida de los bomberos, la movilización de efectivos de la Policía Local y la constatación de que en el ascensor no había nadie atrapado. Cuando se produjo el cortocircuito, en un cuadro eléctrico situado en el primer sótano del edificio, hubo efectivamente un corte en el suministro de energía, pero cuando los bomberos llegaron al inmueble el ascensor ya se encontraba vacío. Del simple susto no había pasado el asunto.

La intervención de los bomberos se vio en este caso favorecida por el hecho de que una de sus dotaciones estaba cerca, de regreso a sus instalaciones desde la calle Sierra Martiñá, hasta donde habían acudido para retirar una lona de grandes dimensiones con riesgo de que cayera a la vía pública. Apenas habían pasado dos minutos de las dos de la tarde cuando ese equipo dejó la escalera para colgarse los equipos autónomos de respiración. La intervención se complicó en los primeros minutos, en tanto no se localizó el origen del humo. Nadie daba una indicación precisa sobre el lugar exacto del cuadro. A las cuatro y diez de la tarde se retiraron, una vez recuperada la normalidad en el lugar.