Mirada sobre Gambia

tareixa taboada OURENSE

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Santiago Barreiros firma un trabajo documental que no desplaza su aura artística.
Santiago Barreiros firma un trabajo documental que no desplaza su aura artística. miguel villar< / span>

Fotografía documental del ourensano Santiago Barreiros en Shangri-la

09 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

crítica de arte

«Entiéndeme. No soy como un mundo ordinario. Tengo mi locura, vivo en otra dimensión y no tengo tiempo para cosas que no tienen alma». Bukowski.

El fotógrafo Santiago Barreiros Camba y el restaurante Shangri-la presentan la exposición Viaje por Gambia. A través de 17 fotografías en las que alterna blanco y negro y color ofrece su mirada del país más pequeño del continente africano. La muestra se enmarca en el Outono fotográfico y puede visitarse en el restaurante que dirige con Teresa el fotógrafo de dimensión internacional Plácido Rodríguez, un lugar para los amantes del buen gusto y de la dieta vegetariana.

Shangri-la es topónimo de un lugar ficticio descrito en la novela de James Hilton Horizontes Perdidos. Se aplica por extensión al paraíso terrenal, a una tierra de felicidad permanente, aislada del mundo exterior.

La fotografía de Santiago Barreiros abarca distintas etapas, desde la documental a la imagen como una ventana abierta a la vida. Su dilatada trayectoria se puede relacionar con la máxima «anything goes», no hay reglas, ni límites, próximo al discurso de William Klein en la capacidad para transferir su mirada a la del otro, documentando, retratando, ensalzando o creando un producto artístico, transportando a la fotografía el proceso de la creación a través de composiciones abstractas con elevado grafismo como las de Moholy-Nagy. Desplazando al sujeto en movimiento frente al objetivo de la cámara, obtiene una imagen movida que en su dinamismo crea una nueva dimensión.

Para este trabajo documental se inspira en la austera vida de los habitantes del poblado transmitiendo toda la luz, el calor del desierto y el color tórrido de África.

Barreiros es un maestro de la técnica y por ello crea una imagen rupturista que reacciona en contra de encorsetadas normas, alterando espacios, grano, contraste y manipulando el desenfoque de una manera interesada que focaliza la mirada del espectador en la expresión de los afectos, en función de lo que desea priorizar.

Barreiros consigue siempre una imagen sugerente, explosiva, abierta a múltiples interpretaciones, subjetiva, puesto que presenta una parte de la realidad por el todo, revertiendo el concepto de apariencia y alterando el orden de los objetos de manera retórica tal como Man Ray en su interés por la experimentación, mezcla de géneros y otros desplazamientos a esferas intelectuales, así, puede descentrar espacios y mensajes: «Fotografiar una boda como una redada o una manifestación como un retrato de familia» (Klein) distorsionando la representación del concepto.

Retratos intensos

En esta serie, realiza retratos en los que resalta el personaje retratado sobre el fondo neutro reafirmado, en la intensidad de su mirada. Este modelo de retrato en primer plano se repite con distintos modelos evitando la iconicidad de la imagen única, provocando la expresión buscada en el retratado, que mira con intensidad a la cámara. La profundidad abisal de sus ojos resulta desgarradora, mezcla de ternura y realidad.

Un trabajo documental que no desplaza su aura artística. Barreiros se transforma en un etnógrafo, captando el alma de este pueblo africano, su marginalidad, su abnegada aceptación de la vida con gran dignidad, sin la letanía del reproche. La bulliciosa alegría del gentío que durante tres horas se concentra en la playa para descargar el pescado en Tanji, para venderlo en Serrekunda, la capital. El dinamismo de su ir y venir de gente, con cestas en la cabeza por las que aleteantes y argentadas las colas de pescado parecen asomarse. El contraste y la distancia hacen que las embarcaciones y los pescadores adquieran matices plásticos de Batik. La luz, sin gradación dramática modela el volumen de los cuerpos presentando una imagen sin artificios, sin condicionamientos, sin denuncia. Busca una mirada global desde la interpretación de todas las culturas, la substancia humana que nos precede. Barreiros se oculta en la anonimia del peatón para registrar las interacciones, relaciones y disfunciones del ser humano con el hábitat que le rodea. En esta serie los protagonistas interactúan con el medio, sea la cañada de perspectiva focal acentuada que traza un horizonte infinito, los niños de mirada profunda e inquisitiva y expresión feliz, las mujeres solas viudas de vivos y muertos, protectoras de su prole, la economía de subsistencia o la sabia mirada del pescador que es la mirada del mar, todo el calor del trópico en el Shangri-la.