Un grupo de trabajadores afectados por el ERE de extinción se encerraron en la delegación de la Xunta
15 jun 2013 . Actualizado a las 07:10 h.El cierre de la fábrica de paneles solares T-Solar ha dejado a 170 trabajadores ourensanos en la calle y también una considerable fractura sindical. La decisión de aceptar el ERE de extinción, tras una reñida votación en la que la opción ganadora solo logró seis votos más, ha dividido a la plantilla que hace ya tiempo que no protesta unida. La última muestra de esa división fue el encierro simbólico realizado ayer por un grupo de empleados tras ser convocados por la CIG, que carece de representación sindical en el comité de empresa, que está presidido por UGT.
Bajo el letrero, «Solidariedade, T-Solar non pode pechar» un grupo de empleados se concentró en el interior de la delegación de la Xunta, en la avenida de la Habana, para reclamar a la administración gallega soluciones en el conflicto. Esta protesta llega justo cuando está a punto de ser ratificado por el juez el ERE de extinción, y que dará paso al período de liquidación de la empresa de la que es accionista mayoritario el grupo Isolux Corsán. Precisamente, la CIG había solicitado al juez que convirtiera el expediente de extinción, en uno temporal pese al acuerdo mayoritario de los trabajadores para aceptar una indemnización extra de 1.000 euros, además del dinero que establece la ley y que presumiblemente tendrá que ser asumido por el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) ante la situación de insolvencia de la empresa, que se encuentra en pleno proceso de concurso de acreedores en un juzgado de Vigo.
A la espera de cobrar, los empleados mantienen la esperanza de que un inversos se haga cargo de los 170 empleados de la factoría ourensana.