El ejemplo de Loli

OURENSE

11 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Hace cuarenta años era la minifaldera más guapa de toda la ciudad de Ourense. Empezó a trabajar, casi niña, en la mayor empresa de la provincia y enseguida pasó de icono a eficiente secretaria. Por sus méritos (en ella se demuestra que la genética selecciona a las más guapas para ser las más listas) enseguida pasó a ser la número dos del departamento de más responsabilidad en la empresa, el de Compras. Lo mismo se tiene que encargar de comprar un simple bolígrafo, que de contratar 50.000 toneladas de maíz, hacerse con un camión o con una desplumadora. En cuarenta años de vida laboral consiguió pagar la hipoteca de su piso, que es lo que tiene.

Cuando se casó, su marido pasó a ser el tipo más odiado y envidiado por los miles de personas que participábamos en la empresa Coren. Hace un par de años me enteré de que había tenido un problema de salud y cuando le pregunté por su enfermedad me contestó sin ningún tipo de rubor: «Estoy sin media teta, pero bien». Qué envidia y orgullo da tener compañeros que dedican toda su vida laboral a una empresa ourensana.

Con los años, como los buenos vinos, Loli atesoró solera y sigue igual de guapa y salerosa. ¡Y se jubilará con lo puesto! En realidad fue una boba, porque tenía que haberse dedicado a la política. Muchas de las que ahora viven de ella son un cardo borriquero incompetente y caro comparadas con ella.