La CEO solicita que se impulsen las obras de la autovía a Lugo

antonio nespereira OURENSE / LA VOZ

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El tramo San Martiño-Barrela Norte fue paralizado en julio del 2010

12 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La Confederación de Empresarios de Ourense (CEO) estudia solicitar al Ministerio de Fomento un nuevo impulso a la autovía A-56, que une Ourense con Lugo para mejorar el flujo de comunicación entre las dos provincias del interior gallego, pero pensando también en la conexión futura con la autovía A-8, conocida como Transcantábrica.

El comité ejecutivo de la patronal ourensana, reunido a finales de la semana pasada, debatió una propuesta en este sentido presentada por los empresarios del sector de la madera.

El acuerdo supone también trasladar a la asociación empresarial de Lugo la misma propuesta con el fin de que se sumen a la petición. Elier Ojea, presidente de los empresarios de la madera de Ourense, fue el responsable de pedir el pronunciamiento a la CEO y entiende que es crucial retomar la vía de alta capacidad entre las dos capitales de provincia.

El Ministerio de Fomento decidió el pasado mes de julio suspender la ejecución del tramo San Martiño-Barrela Norte, de 8,8 kilómetros y un presupuesto de adjudicación de cuarenta millones de euros. La suspensión se produjo como consecuencia de los recortes impuestos por el Gobierno como consecuencia de la crisis.

Hasta el momento de la paralización se habían hecho labores de explanación del terreno y ahora, tal y como recuerda Elier Ojea, «es importante que se retome ese tramo sino la finalización de la autovía se va a demorar muchos años».

Plazos de finalización

La A-56 estaba ya incluida en el Plan de Infraestructuras del Gobierno 2005-2020 y, para este caso, la previsión de finalización era el año 2008. Ojea recuerda que falta por resolver «el problema de la entrada de la autovía en Ourense, sobre todo en lo que se refiere al previsible impacto en las casas», pero también otros tramos que aún no están en obras.

La ejecución de esta vía de alta capacidad se está haciendo sobre todo en la provincia lucense, entre la capital y Guntín. Ello permite conectar con la autovía A-54, que unirá Lugo con Santiago, pero mantiene con mucho retraso el resto de tramos hasta Ourense.

Transcantábrica

La propuesta que se analizó en la CEO persigue otras miras. Elier Ojea subraya la importancia que tendrá en el futuro la salida de mercancías desde Ourense hacia la cornisa cantábrica a través de la A-56, primero, y la A-8 a continuación, «con lo que se garantizaría la permeabilidad hacia el norte de España e incluso la salida hacia Europa».

La reactivación de los tramos pendientes sería importante para mejorar la comunicación interna de Galicia, aunque Ojea reconoce que «las relaciones comerciales con Lugo no son muchas», pero sí la interdependencia empresarial, sobre todo pensando en la salida hacia la Transcantábrica. El presidente de los empresarios de la madera recuerda que el área de influencia de la vía de alta capacidad es de 170.000 habitantes, con una proyección empresarial importante, ya que hay, según sus datos, un censo de 14.000 sociedades mercantiles.