Un «Gernika» en tierras de Celanova

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La asociación Arraianos recupera la historia de los represaliados en el Alto do Furriolo Un mural recuerda a los que fueron asesinados en este monte durante el franquismo

27 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

?l bisabuelo de Xurxo Gil lo mataron en 1936. Era alcalde de Gomesende y apareció tirado en una zanja del Alto do Furriolo, en el vecino concello de A Bola. El bisabuelo de Xurxo Gil -como muchos otros represaliados- forma parte de una historia que, según este adolescente, es necesario recuperar por varios motivos. Ayer los enumeró, justo en el lugar donde apareció el cadáver: «Conmemorar o Ano da Memoria Histórica é importante para condenar os actos de barbarie, para recordar ás persoas as que lles tronzaron a vida e para que os xóvenes coñezamos o noso pasado». El joven tuvo la oportunidad de dar su punto vista en el homenaje a los represaliados en el Alto do Furriolo, organizado por la asociación Arraianos. Las tragedias personales de los que allí murieron, de los que tuvieron que recoger sus cuerpos, de los que tuvieron que enterrarlos y llorarlos, está plasmada desde ayer, en rojo y negro, en un mural del artista Xosé Vizoso, financiado por la propia asociación y por empresas de la comarca. Si uno de los más emblemáticos cuadros de Pablo Picasso pasó a la historia como la pintura que recogió el horror de la Guerra Civil, las tierras de Celanova tienen desde ayer su propio Gernika. Porque, salvando las distancias, el mural firmado por Vizoso recoge el mismo drama, el de los muertos y el de los que se quedaron. Restauración El acto durante el cual se inauguró este cuatro contó con la presencia del vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, que aseguró que para ser un país con futuro es necesario conocer y reconocer el pasado. «É moi importante que sexamos capaces de romper có silencio e có esquecemento porque a xente que recibiu morte polas súas ideas precisa desta restauración e, sobre todo, o precisamos nós». El vicepresidente definió el homenaje de ayer, enmarcado en el Año de la Memoria, como un acto de justicia con los muertos y también con sus familias: «Aquí, neste lugar, perderon a vida moitas personas, co único motivo de defender as súas ideas. Así que esto é un paso máis na restauración da memoria histórica». Anxo Quintana no fue el único en hablar. La asociación Arraianos quiso devolver la voz a los represaliados con poesía y con música de gaita. Pero sin duda lo más enriquecedor de la jornada fue la espontánea intervención de algunos vecinos -que hasta corregían la narración de los hechos que acontecieron en O Furriolo, con la seguridad que les da el haber estado allí- y de supervivientes, como Elixio Rodríguez, de Bande, que decidió que su lugar estaba ayer en la presidencia del acto, entre los organizadores, el vicepresidente de la Xunta y los familiares de los represaliados. Por supuesto, tenía razón. Arraianos seguirá ejercitando la memoria histórica, hoy y durante toda la semana, con las Xornadas sobre Represión, Solidariedade y Resistencia Antifranquista. Será en el instituto de Celanova, con charlas, mesas redondas, exposiciones y proyecciones.