Incertidumbre, el mayor reto del «retail»

Rosa Carabel CONSEJERA DELEGADA DE GRUPO EROSKI

OPINIÓN

CESAR QUIAN

13 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El comercio está inmerso hoy, más que nunca, en un escenario de cambios continuos y es en este contexto en el que la palabra incertidumbre adquiere un significado especialmente relevante.

 Desde hace tiempo convivimos con factores impredecibles: pandemias, tensiones geopolíticas, inflación, nuevas exigencias regulatorias en materia laboral, ambiental… Y, entre todos estos condicionantes, la incertidumbre se revela como el gran desafío del retail (venta minorista). Pero, ¿cómo podemos transformarla en una ventaja competitiva dentro de nuestro sector?

Permaneciendo siempre cerca del consumidor y haciéndolo en todos los sentidos. Debemos tener presente que la decisión de compra hoy en día es inmediata y las personas reaccionan a lo que pasa en el entorno. En el momento actual la proximidad se vincula con la agilidad; con la capacidad que tengamos de adaptar modelos de servicio, formatos, canales y propuestas de valor y de ser capaces de hacerlo en el menor tiempo posible. Cuando la proximidad se combina con eficiencia, el resultado es una ventaja competitiva real.

Aportando. La empresa que consiga mantener competitividad sin perder rentabilidad será aquella que sitúe la eficiencia operativa, la digitalización, la gestión de datos y sobre todo el talento humano en el centro de su agenda. No vale ya solo hacer lo de siempre mejor. Se trata de reinventar procesos, reducir complejidades y ser más flexibles.

Generando confianza, porque esta juega un papel clave en tiempos de incertidumbre. Como empresa pensamos que los valores cooperativos nos aportan pertenencia, conexión con el territorio y participación, palancas que nos permiten navegar con mayor solidez. Porque cuando los clientes dudan, buscan marcas «con significado», que actúen con coherencia, y en este contexto, si competimos solo por coste corremos el riesgo de quedarnos sin identidad.

Apostando por la agilidad como activo estratégico. Ponemos el acento en que tenemos que ser organizaciones más ágiles, más adaptables, con un foco claro y capacidad para retomar el ritmo sin perder el rumbo. La agilidad significa no solo reaccionar, sino anticiparse.

Con identidad, integrándola en las mejores prácticas: en una cadena de suministro optimizada, en la automatización, en formatos flexibles y en la experiencia diferenciada con el cliente.

Y con ambición responsable. El sector de la distribución crecerá en un entorno donde la cesta de la compra se ajusta, el valor se diluye y la competencia se intensifica. Teniendo esto presente, debemos ser capaces de «ganar mejor», con mayor relevancia para el cliente y con impacto positivo en la sociedad y el entorno, porque solo así, la incertidumbre dejará de ser un obstáculo para convertirse en palanca de transformación.

Hablamos de que el gran reto del retail es ser más apto para un mundo impredecible, operando sin certezas y, aun así, logrando ofrecer al cliente un servicio claro, coherente y valioso. Debemos ser capaces de reconocer la incertidumbre no como debilidad, sino como fortaleza para prepararnos para un mañana que está por inventarse.