A Coruña, su alcaldesa y el mercadillo Magefesa

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

CESAR QUIAN

04 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A Coruña es la ciudad de las oportunidades perdidas. La lista de proyectos fracasados o que permanecen en el cajón desde hace años es preocupante. En 1997 se inauguró un tranvía y menos de tres lustros después dejó de funcionar, pero ha dejado como recuerdo todo el paseo marítimo jalonado por unas espantosas y carísimas farolas rojas. En el espacio más privilegiado de la urbe se levantó un «centro de ocio» y la mayoría de sus establecimientos acabaron cerrados a cal y canto pasada una década; ni cambiándole de nombre —Los Cantones Village— consiguieron resucitar este muerto, cuyos pasillos oscuros y deprimentes es lo primero que se encuentran los turistas de los cruceros.

Aquí dimos con la puerta en las narices a estrellas de la arquitectura mundial como Jean Nouvel o Zaha Hadid, que poco después serían galardonados con el Pritzker. El AVE llegó a la ciudad, pese a los retrasos, antes de que empezara a construirse la estación intermodal (las de Vigo, Ourense y Santiago ya están hechas); y se ha perdido una ocasión histórica para aprovechar la terminal de mercancías de San Diego, que llevaría trenes y autobuses al mismo centro de la urbe. La Casa de la Historia, la reurbanización del puerto, la ampliación de Alfonso Molina… La lista es larga.

Vamos con el Chuac. Había unos terrenos espléndidos para levantar un nuevo y moderno hospital, los dejados por la antigua fábrica de armas: 267.000 metros cuadrados que permitirían además albergar otras instalaciones sanitarias que están diseminadas por la ciudad y con unas comunicaciones excelentes, ya que están pegados a la AP-9. Pero alguien decidió que era mejor encajar el complejo en su ubicación actual, una colina rodeada de edificios y chalés, lo que exige costosas expropiaciones, sin accesos y donde casi es imposible aparcar.

Los arquitectos y urbanistas rara vez hacen oír su voz, y hace unos días la alcaldesa hizo un viaje oficial a Nueva York para... no tengo ni idea. Su último disparate ha incendiado las redes sociales: un «mercadillo navideño» en la plaza de María Pita que vendió como los de Viena o Praga, y cuando llegas te encuentras un feirón cutre, con puestos de kebab y venta de sartenes Magefesa. Será para hacerle unos huevos fritos al Niño Jesús.