El agua y el aguacate

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural | EFE

10 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El aguacate (Persea americana) es un árbol de la familia de las Lauráceas que puede alcanzar los 20 metros en sus lugares de origen, aunque los árboles comerciales que conocemos apenas alcanzan los cinco metros de altura. El nombre proviene del idioma náhuatl, de la palabra ahuacatl, que significa «testículo», y hace referencia a su forma y su posición colgante en el árbol.

La planta es conocida por su sabroso fruto, el cuarto en importancia en el mundo dentro de los frutos tropicales, aunque también se ha utilizado como aceite en productos de belleza, en medicina tradicional como expectorante o antiinflamatorio, e incluso en la cocina como sustituto del aceite de girasol.

La evidencia más antigua de la presencia del aguacate viene de Mesoamérica, concretamente de México, hace unos 10.000 años. Desde esa área fue dispersado por los pueblos que habitaron Mesoamérica en la época pre-hispánica. Se cree que en el siglo XVI los españoles introdujeron el aguacate en España, tras el descubrimiento de América.

Las hipótesis apuntan a que Valencia fue la primera ciudad en recibir este fruto, y luego los primeros intentos de cultivo se han documentado en el siglo XVIII en Málaga. Desde entonces, el aguacate ha sido introducido en muchos lugares donde el clima es apropiado para su desarrollo, como la Comunidad Valenciana, donde hoy es común sustituir los cultivos de naranja por este nuevo fruto debido a su alta rentabilidad.

Actualmente, España es el mayor productor de la UE, concentrando en la Axarquía malagueña y la costa granadina el 90 % de esa producción. A pesar de ello no logra abastecer la demanda interna, de ahí que, en otras zonas como el sur de Galicia, concretamente en O Baixo Miño, sean cada vez más los agricultores que se interesan por su cultivo; también se han establecido plantaciones en el norte de la comunidad, como en las proximidades de Cedeira.

La cantidad de agua disponible sigue siendo el problema para su cultivo en áreas mediterráneas. En España este es también el principal desafío para su expansión y, sin duda, la futura evolución del clima planteará problemas en los grandes cultivos de aguacate que comienzan a extenderse por el sur de la península. Así, la cosecha malagueña de este año ha caído un 50 % como consecuencia de la ausencia de precipitaciones y ya han comenzado a sacrificar árboles para salvar una parte de la cosecha.

Resumiendo, sustituimos la vegetación o los cultivos autóctonos por plantaciones masivas de especies importadas que ahora se empiezan a arrancar. Veremos cómo sigue la historia, pero el agua pone a cada uno en su sitio.